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220 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA pañeros del mismo Orden señalados, al reino de Benín, en la Africa Occiden– tal, y de hecho te envía, constituyéndote y declarándote Prefecto de la Misión, para que con las facultades que por otras Letras ·te serán concedidas anuncies el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y enseñes a todas aquellas gentes la guarda y observancia de todo cuanto manda guardar y observar la Santa Ma– dre Iglesia Apostólica Romana, principalmente la verdad del futuro y universal Juicio. Y así piensa y reflexiona seriamente la grandeza y lo grave del apostó– lico ministerio, que te se encomienda. En primer lugar guárdate de rozarte o introducirte bajo de pretexto alguno en los congresos o qualesquiera ritos de los herejes o de los infieles. A más de esto pondrás todo tu cuidado y aplicación en cumplir fiel y dignamente tu oficio, aunque para ello fuese. necesario derra– mar tu propia sangre y perder tu vida, para que de este modo merezcas recibir del Padre de las luces la siempre inmarcesible corona. Dado en Roma por la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, día ocho de Junio de mil seiscientos cuarenta y ocho, en el año cuarto del Pontificado del mismo Santísimo Padre. Lugar del Sello.-Cardenal Capponio». 155.-Asimismo <lióla Sagrada Congregación otro Decreto a nuestro Fr. An– gel, para que, si por alguna causa no tuviese el efecto que se desea la Misión en el reino de Benín, la pudiese pasar a otra parte, en la que conociese ser útfü cuyo Decreto es el siguiente, traducido del latín al español: «Decreto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, celebrada día veinte de Junio del año mil seiscientos cuarenta y ocho. Hecha la relación de lo que pidió Fr. An– gel de Valencia, Capuchino, Prefecto de la Misión de Capuchinos para el reino de Benín en la Africa Occidental, es a saber, del Congo, decretó la Sagrada Congregación, que, omitido el primer Decreto dado para dicha Misión, se eje– cute este segundo, por el cual se concede al referido Prefecto y a sus Misioneros pasarse a cultivar otros pueblos de la Africa, si, después de practicadas todas las diligencias precisas, se les impidiese entrar en dicho reino de Benín.-Lugar del Sello.-Cardenal Capponio». 156.-Habiendo obtenido nuestro Fr. Angel los referidos Decretos de la Sagrada Congregación, lleno su corazón de vivísimos deseos de ponerlos en práctica para lograr la conversión de tantas almas que consideraba perdidas en el reino de Benín, partió con la mayor prisa de Roma para España y llegó con toda felicidad a nuestra ciudad de Valencia. Desde luego rogó al P. Provincial, que lo era entonces el M. R. P. Leandro de Valencia, que juntase la R. Defi– nición para manifestar los Decretos que traía de Roma. Congregada la R. De– finición día veinte y cinco de Octubre del año mil seiscientos cuarenta y ocho, presentó los mencionados Decretos, y con mucha humildad y encarecimiento suplicó que los RR. PP. se dignasen disponer que los Religiosos hijos de nues– tra Provincia, destinados compañeros suyos por la Sagrada Congregación para la Misión del Benín, partiesen luego con él a esta santa empresa. Pues, a más de ser obra tan del servicio de Dios y que los mismos varias veces la habían solicitado, le constaba permanecían en los vivos y eficaces deseos de sacrificar sus vidas por la conversión y salvación de las almas de sus prójimos. Quedaron los dichos RR. PP. en consulta para dar la respuesta que fuese conveniente a la propuesta de nuestro Fr. Angel. Se acordó unánimemente no negarse a tan justificada demanda, pero sí diferir por algún tiempo su ejecución. Varios fue– ron los motivos para esta deliberación, que en resumen insinuaremos ahora. Había sufrido todo el reino de Valencia en el año antecedente un malignante
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