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204 MISIONESCAPUCHINAS EN ÁFRICA concesión está hecha con bastantes gravámenes, como se puede ver en ella, en los bularios, la cual empieza: Inter caetera, dada en Roma quarto kalendas Maji 1493, en el año primero de su pontificado-, los cuales se reducen a esto: Ut inducant eam gentem ad fidem catholicam. 9.-Presupuesto esto y que los Sumos Pontífices concedieron estos de– rechos de investidura de tales tierras atendiendo a su gran celo de la fe y salvación de las almas, y para este fin primariamente, referiremos algo de los desórdenes que pasan, además de los que dejamos mencionados. Fernando Revello, jesuíta, autor grave y de nación portugués, dice que vió y leyó una carta pastoral del Ilustrísimo D. Pedro Brandono, Obispo de Cabo Verde en la Guínea inferior, escrita a los gobernadores de Portugal, en la cual se queja y lamenta de que pasando de tres mil comerciantes de su nación los que residían . en las partes de su obispado, aún no habían llegado a doscientos los que habían cumplido con la Iglesia, cuando ella lo manda, en la cuaresma (161). 10.-Francisco Vitoria (Relect., 12, de Indis, n. 38) dice así: Non satis liquet mihi an fides christiana fuerit bárbaris hactenus ita proposita ut tenenantur credere sub novo peccato. Hoc dico quia non tenentur credere nisi proponatur eis fides cum probabili persuasione; sed miracula et signa nulla audio, nec exempla vitae adeo religiosa; contra multa scandala seu facin(YY'a et mult as impietates, quamquam videntur multi religiosi et alii ecclesiastici viri et vita et exemplis et diligenti praedicatione sufficientem operam et industriam adhi– buisse in hoc negotio, nisi ab aliis quibus alia cura est, impediti essent. 11.-Esto mismo afirma el Maestro BÁÑEZ,2.2, q. 3, art. 2, dub. 1, vers. 4, con el Quod negans esse christianum, etc.; TOMÁSMERCADO, lib. 2 de Contract., c. 20; MoLINA, tom. I, de 1ust., tract. 2, d. 35, concl. 4; ToMÁS SÁNCHEZ en Concilia moralia, cap. 1, dub. 4; ALONSODESANDOVAL en su Historia de Etiopía; MANUELRODRÍGUEZ en sus Quaestiones Regulares; VILLALOBOS, T AMBURINO y otros muchos que citan los referidos y especialmente ANGELMARÍABERRIZELI en su tomo de Missionibus, tít. de Justitia, q. 107, el cual, como todos los demás, gritan hasta el cielo sobre las iniquidades que se practican en tales cqnquistas, mayormente con los negros. 12.-¿ Diremos, pues, que los serenísimos reyes de Castilla y Portugal tie– nen la culpa' de esto? No, porque en cuanto ha sido de su parte han puest o ronae, pars. 3, cap. 8, n. 93, f. 1880) comenzó la conquista de estas partes de Africa el Infante D. Enrique de Portugal, concediéndosela Nicolao V con toda la Guinea y ma– res adyac entes a los portugueses. Calixto III, el año de 1456, confirmó la bula de Ni– colao V; lo mismo hizo Sixto IV y otros pontífices (GENEBRARDO, Chronographiae libri IV, ad an. 1503, n. 707) (Nota del P. ANGUIANO). (161) Véanse las bulas de Nicolao V, Calixto III, Sixto IV, Alejandro VI y Ju– lio II en que conceden y confirman las conquistas de Africa a los portugueses, y se verá que el fin de los Pontífices fué siempre : «ut inducant eam gentem ad fidem catholicam». (Nota del P. ANGUIANO).
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