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MISIONES DE LA ZINGA, BENÍN, ARDA, GUINEA Y SIERRA LEONA 193 la injusticia y la violencia, y que por esas y semejantes exorbitancias se malogra la doctrina y conversión de las almas. 11.-»Sin embargo de lo dicho, atendiendo el suplicante a Dios principal– mente, a la gran piedad que ha debido a V. M. y a no dejar en total desamparo aquellas pobres almas, representa a V. M. el siguiente medio que juzga ser oportuno, aprobándole V. M. Dice, pues, que para asegurar dichas misiones de suerte que estén bien asistidas de operarios y que los ministros reales no tengan razón de recelo, le parece es conveniente que V. M., por su embajador de Roma, solicite con el General de la Orden que envíe misioneros de las Provincias de Italia; que éstos ·sean a lo menos doce y que en cada un año vayan a dicha misión cuatro; o que sean de la Provincia de Cataluña, que son sujetos adecuados para el caso. Para cuyo efecto ofrece el suplicante, dándole Dios salud, servir a V. M. no solamente con solicitar los ornamentos y demás que se necesita para una dilatada misión, cual es ésta, sino también con prevenir los religiosos en número y calidad suficientes. O, siendo V. M. servido, irá el mismo suplicante a Roma y en su nombre, juntamente con el embajador, solicitará este negocio para que sea más eficaz el despacho. 12.-»Por todo lo cual suplica a V. M. tenga por bien mandar resolver con brevedad su causa, y si se hallare ser culpado, pide se ejecute en su persona cuanto la ley ordenare; pero, constando de su inocencia, como realmente consta, suplica asimismo a V. M. mande que los ministros, en cuyo tribunal pasa, le vuelvan al suplicante los instrumentos que tiene presentados, una copia auténtica de los cargos y en el fin de ella la satisfacción que merece su inocencia, pues lo pide así la justicia y equidad. Otrosí representa a V. M. cómo se halla actualmente en la enfermería y, sin manifiesto peligro de la vida, no puede andar por las calles; pide y suplica a V. M. sea servido nombrarle uno o más ministros con quien pueda conferir así la disposición de la misión como de los religiosos que para ella se han de solicitar, y con quien el suplicante pueda dar el descargo de los cuatro ornamentos referidos que quedaron para sus compa– ñeros en Sierra Leona, pues no quiere que por su parte se menoscabe valor de un maravedí de la Real Hacienda de V. M., ya que sus propios vasallos hayan faltado tanto en esta parte a su obligación. Que en todo recibirá merced.» 13.-Vista, pues, y entendida la inocencia del Prefecto, mandó el rey se le diese entera satisfacción de las calumnias y agravios que se le habían impu– tado. Tardóse algún tiempo en resolver la materia y se repitieron memoriales; mas al fin los émulos quedaron con la confusión de su iniquidad; el rey hizo más alto concepto del Prefecto desde entonces, favoreciéndole mucho y con suma benevolencia, y se le dió la satisfacción siguiente, cuya copia, como también la de los demás instrumentos que quedan referidos, saqué a la letra de los originales que me prestó para el caso el mismo Padre Fr. Antonio de

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