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INTRODUCCIÓN XXI en el buen éxito de esta misión, es la carta-orden que dió para que todos respetasen tanto a los misioneros como al embajador de Arda, prestándoles su ayuda y su apoyo en cuanto necesitasen (57). Escribió también otra carta al propio rey de Arda, diciéndole había recibido de muy buen grado los deseos por él expuestos y que, accediendo a ellos, le enviaba religiosos Capu– chinos para que predicasen la fe a sus vasallos, suplicándole los recibiese como ministros del Señor (58). Por fin, en carta aparte da al P. Viceprefecto de la misión, Luis Antonio de Salamanca, sabias y oportunas instrucciones res– pecto a lo que debían hacer tanto en el viaje, como a su llegada y sobre todo una vez que la misión se estableciese (59). Dispuestas las cosas y reunidos los misioneros con el embajador y el intér– prete, salieron del puerto de Cádiz el 25 de noviembre de 1659 y, tras cin– cuenta días de navegación con mucha prosperidad, dieron fondo en el puerto de Arda el 14 de enero de 1660 (60). Cuanto sucedió desde la salida de Cádiz hasta que los misioneros fueron expulsados de Arda nos lo refiere la relación que dos de ellos escribieron luego y que copiamos al pie de la letra por ser de interés y contener, junta– mente con los datos del P. Anguiano, la historia ·completa de lo acaecido a los misioneros y de los motivos del fracaso de esta misión (61). Obligados a abandonar Arda, tres de los supervivientes se embarcaron rumbo a América, muriendo en ese viaje el Viceprefecto, P. Luis Antonio de Salamanca,y regresando los otros dos, PP. Carlos de Los Honojosos y Atanasio de Salamanca, a España donde formaron esa interesante relación que el Nuncio envío luego a Propaganda con una carta suya del 21 de junio de 1662 (62). (57) B. N.-Ms. 3818, f. 72. En mi artículo citado, pp. 526-27, copiamos también dícha carta-orden de Felipe IV. Va reproducida en el apéndice primero. (58) B. N.-Ms. 3818, f. 73; también se copia íntegra en mi artículo citado y en el apéndice primero. (59) B. N.-Ms . 3818, ff. 74-5; en mi artículo se recogen las principales instruc– ciones dadas por el rey al Vice-Prefecto (28 de julio de 1659). Se copian asimismo en el apéndice primero. El P . Provincial, Francisco de Yecla, escribía a la Congregación (20 de julio de 1659) proponiendo a su aprobación dos nuevos misioneros por haber fallecido dos de los designados; pide al mismo tiempo se dé al que va al frente de la misión el título de Viceprefecto, siendo en cambio Prefecto el Provincial de Castilla pro tempore (APF, SA, v. 255, ff. 70-72) . (60) Cfr. la relación del Viceprefecto, P. Luis Antonio de Salamanca, a la Sda . Congr egación (26 de mayo de 1660) (APF, SA, v. 255, f. 77, y Acta, 1662, f. 12). (61) Esa relación se debe a los PP . Carlos de Los Hinojosos y Atanasia de Sala– manca; es la que hemos citado en la nota 50. La misma fué también remitida a Propa– ganda y se conserva en el Archivo de la Congregación, SA, v. 250, ff. 371-76. La mayor parte de esa relación la hemos reproducido en nuestro artículo citado, en Mis sionalia Hi spanica, y la copiamos íntegra en el apéndice primero. (62) Cfr. lo dícho en la nota anterior . El Nuncio, en esa carta suya (APF, SA, v. 255, f. 84) daba cuenta del desenlace de la misión, añadiendo había recibido el decreto de la Congregación para que se completase el número de misioneros, pero que había sido voluntad de Dios que todo se hubiese terminado ya, y que los Padres
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