BCCCAP00000000000000000000226

152 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA miento y una batalla campal de unos contra otros, con ruina y estrago común de todas las islas (132). 6.-En esta ocasión tan calamitosa, y al tiempo en que todos se preparaban para salir a campaña a tomar satisfacción y venganza unos de otros para definir con las armas la disputa de la discordia, según tenían jurado y protes– tado los más, comenzó Dios a usar de sus antiguas misericordias con gentes tan desunidas hasta entonces, trocando su obstinación en la mansedumbre de corderos. Fueron prosiguiendo los Padres sus sermones y ejercicios acostum– brados, y al cabo de algunos días se concordaron los ánimos con tan firme paz, unión y amistad, en que perseveran hasta hoy, que todos publican a gritos haber sido obra del brazo poderoso de Dios tal mudanza y por medio tan nunca esperado. De aquí resultaron innumerables bienes en todas aquellas islas y tan nunca vistos que habrá memoria eterna de este beneficio hecho por · los Capuchinos. Muchos han recibido estas islas de la Orden en gratificación de los favores que a los nuestros han hecho en las ocasiones en que han arribado a sus puertos pasando a diferentes misiones; pero verdaderamente que fué sin segundo este último del año 1677. 7.-Vida y virtudes del P. Fr. Lucas de Egea.-Tuvieron estos Padres en su viaje y misión de Canarias varios trabajos y accidentes; su noticia particular se omite por ser tan vulgares a los misioneros apostólicos; uno es preciso referir por comenzar con él a tomar nuevo temperamento el seráfico escuadrón. Sucedió, pues, que con el sumo trabajo enfermaron algunos misioneros, a dos de los cuales les apretó la enfermedad de suerte que no pudieron proseguir el viaje con los demás a Guinea. El uno fué el P. Fr . Lucas de Egea, el cual se halló tan enfermo al tiempo de partir los compañeros, que no sólo no pudo embarcar con ellos, pero ni aun estuvo capaz para ello en muchos meses por la suma flaqueza y debilidad en que le puso su enfermedad. Por esta causa y después por falta de embarcación le fué preciso detenerse cerca de cinco años en la Orotava hasta que, volviendo el Prefecto a Portugal a negocios de la misión, fué por él a las Islas Canarias y desde allí pasaron a Cabo Verde y a Cacheo, adonde a los últimos de julio del año de 1683 murió de sincopales (132) Efectivamente: sabemos con certeza que por ese año de 1678 estuvieron en la ciudad de La Laguna algunos Capuchinos haciendo misión a ruego del señor Obispo (Cfr . JOSÉ DE VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia general de las Islas Canarias, ed. definitiva, Ed. Goya, t. III, Madrid, 1952, 383). Sin embargo, en Can arias no debieron estar mucho tiempo , puesto que ya el 26 de diciembre de 1678 habían llegado a la isla de Tasso , según carta del P. Francisco de La Mota a la duquesa de Aveiró, y el 1 de enero de 1679 escribía también a la misma señora el P. Trujillo desde el puerto de Tumbá (Sierra Leona) (STREIT-DIN– DINGER,O. M. I., Bibliotheca Missionum, XVI, Freiburg, números 3700, 4204, 4609, 4616 y 5045).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz