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MISIONES DE LA ZINGA, BENÍN, ARDA, GUINEA Y SIERRA LEONA 151 4.-Todos los sobredichos fueron Predicadores y no de vulgar literatura, para que pudiesen oponerse a los dogmas pestilentes de los herejes ingleses, holandeses y de otras naciones infectas que trafican aquellos mares y comercian en aquellas tierras donde tienen todos diferentes factorías y no se descuidan en sembrar sus errores y en pervertir a cuantos pueden. Varias veces suelen bautizar a los párvulos y aun a los adultos, y diciéndoles algunos portugueses que cómo se atreven a eso en país ajeno y en conquistas concedidas a la corona de Portugal, responden que, viendo que ellos no lo hacen, debiendo hacerlo, por eso los bautizan, y a lo menos logran el ser cristianos aquellos a quienes ellos bautizan, punto de gran confusión para los portugueses. 5.-Prevínose navío en Cádiz y a los catorce de julio, día de nuestro Doctor Seráfico, de 1677, se embarcaron con orden de S. Majestad y del Serenísimo Príncipe D. Juan de Austria para que primariamente fuesen a las Islas Ca– narias para componer los bandos y discordias en que se hallaban los natu– rales (131). Llegaron, pues, a tomar puerto a Canarias, y deseando cumplir fielmente con el orden que l.levaban de nuestro católico monarca, comenzaron a publicar la misión, no dudando que por este medio habían de conseguir de Dios la paz y unión que se deseaba y que satanás había confundido con su infernal cizaña en todas aquellas islas. Comenzó la discordia por los nobles v de ellos fué trascendiendo a los plebeyos, y llegó a estado la materia que, no habiendo bastado la interposición de su Obispo ni la autoridad de los tribunales eclesiásticos y seculares, sólo se esperaba por instantes un sangriento rompi- Sobre los otros que hayan podido ir y cuyos nombres desconocemos. tenemos lo sfauiente: Por lo que respecta a Navarra sabemos que poco después del 19 de no– viembre de 1677 recibió el Definitorio carta del Nuncio en la que decía tener orden de la Coni:rregación de Propaganda para elegir tres relimosos de aquella Custodia para la misión de Sierra Leona, viniendo desii:mados en la misma carta los PP. JJ!I)acio de Zaráuz v Esteban de Arizala; el tercero lo dejó el Nuncio a elección del Definitorio, que designó al P. Lorenzo de Corella (Catálogo de los CatJítulos custodiales y de todos los decretos y resoluciones aue en ellos se hacen en esta Custodia de Navarra y Can– tabria de los CatJuchinos. Ms. , p. 64, Archivo Prov. de Capuchinos de Navarra) . No sabemos con certeza cuáles de esos tres fueron en definitiva designados con el P. Cris tóbal de Azcona. Tampoco sabemos quiénes fueron de la Provincia de Aragón, además del P. Bue– naventura de Maluenda; creemos fueron los PP. Félix de Caspe y Miguel de Epila (Cfr. ILDEFONSO DE CrAURRIZ, O. F. M. CAP., La Orden Capuchina en Aragón, Zara– goza, 1945, pp. 328-30, 331-34; y FROILÁNDE RÍONEGRO,0. ·F. M. CAP., Misiones de los Padres Capuchinos. Documentos del gobierno central de la unidad de la raza... Pontevedra, 1929, pp. 177, 180). Por otra parte sabemos que al menos de Castilla hubo algún otro, co.mo el P. Angel de Fuentelapeña, sin que podamos fijar la fecha de su ida; igualmente sospechamos que también hayan estado algunos más de otras Provincias. (131) La fecha en que se embarcaron no puede ser ésa, puesto que, como ya di– jimos en la introducción, el 31 de mayo de 1678 aún se encontraba el P. Trujillo en Cádiz con sus compañeros. Seguramente que lo hicieron el 14 de julio, pero no de 1677, sino de 1678; en todo caso, fué al final del verano, a más tardar.
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