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MISIONES DE LA ZINGA, BENÍN, ARDA, GUINEA Y SIERRA LEONA 145 correspondientes a ellos los jolufos, que es nación muy dilatada, y detrás de ellos los mandingas, nación no menos crecida. Entre unos y otros se pro– fesa el mismo estilo de cazar esclavos con asechanzas y fraudes que en las otras provincias, imputándose delitos imaginados y haciéndose unos a otros mil extorsiones y hostilidades para ese fin. En Zenaga viene a ser el rey dueño de las vidas y haciendas y todos sus esclavos; es gran tratante de esta mercadería y vende por esclavos a cuantos quiere y. cuando quiere, y esto aunque le repli– quen tal vez los magnates, a lo cual él responde que es dueño de todo y ha de hacer lo que le diera gusto. 12.-Estos son los estilos que se practican comúnmente en los reinos de Guinea en orden a la negociación de los esclavos; demás a más es generalísimo en todos ellos hacer esclavo a cualquiera, aunque no sea, si no es por la deuda de un alfiler. Si sucede morir el deudor y que no parezca, en tal caso quedan por esclavos todos sus consanguíneos. También pagan con la misma pena los parientes de aquel que hizo esclavo a otro de otra nación o pueblo, y sin más título que ése, cogen los contrarios a todos cuantos pueden. Son todos estos bárbaros ladrones de profesión y tan inclinados a hurtar, que hasta los niños pequeños no saben hacer otra cosa, y lo que es más, que la tienen ya casi por ley inviolable el vivir robando hombres y cuanto se les pone delante. Es asimismo generalísimo venderse unos parientes a otros y especialmente a los huérfanos y que carecen de defensa. El que comete delito grave, paga la pena ordinariamente con la vida, y así entre mil, a uno se la conmutan en esclavitud. 13.- -De todos cuantos títulos pone el derecho para justificar la servi– dumbre, no se hallará apenas uno en estas naciones bárbaras, por ser todos inicuos, sin razón y diabólicos; por lo cual las compras que llaman de primera mano, nadie las da ni puede dar por lícitas; las de segunda y tercera mano tienen otras inspecciones; mas no es ahora de nuestra historia el controvertir la materia, por lo cual doctoribus relinquamus disputandum. De este principio y ansia insaciable de riquezas a que están asidos poderosamente los blancos y los negros en Guinea, dimanan como de su origen infinitos daños, muchos de los cuales, por sucios, torpes y abominables, es preciso omitirlos; esto a nadie que se precie de cristiano le causará novedad, pues cuando S. Pablo no lo dijera, la misma experiencia lo muestra a cada paso: Nam qui volunt divites fieri, incidunt in tentationem et in laqueum diaboli et desideria multa inutilia et nociva, quae mergunt homines in interitum et perditionem. Radix enim omnium malorum est cupiditas (127). 14.-Estos y otros daños comenzaron desde el principio de aquellas con– quistas, con el tiempo se han ido aumentando, y como ha habido gran falta (127) 1 Timot ., 6, 9, 10.

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