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128 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA paciente y de gran caridad; su oración era continua, su observancia regular admirable, y singular en todas ocasiones su ejemplo. Continuamente llamaba a Dios y suspiraba para que socorriese de operarios evangélicos a tanta inmen– sidad de gentiles como vió por las tierras que anduvo, llorando su orfandad y viendo tantos ministros de Dios, como hay en Europa, que pudieran dedicarse a su conversión y no lo hacen. 12.-Grandes méritos consiguió este siervo de Dios, como se puede colegir de lo dicho hasta aquí, de los cuales goza el premio, como piadosamente creo. Tuvo enfermedad larga y se preparó para la muerte con todos los santos sacra– mentos que recibió con gran devoción y consuelo espiritual, y con esa tan santa disposición entregó al Criador su alma que para tanta gloria suya la crió y para tanto bien de otros casi innumerables y para singular ejemplo de todos. Yace sepultado su cadáver en la bóveda común de nuestro convento de Sevilla.