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XII MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA para su reino. Así lo hace constar uno de éstos en carta del 22 de noviembre de 1651 (9). El Prefecto de la misión del Congo, viendo tal oportunidad para esta– blecer en Matamba, reino de la Zinga, una nueva misión, escribió con tal objeto a la Congregación de Propaganda Fide. La carta la llevó a Roma el P. Antonio María de Monteprandone, que, a causa de su falta de salud, regresaba entonces a Europa . Ni que decir tiene que la demanda del Prefecto fué muy bien recibida y, el 6 de mayo de 1653, la Congregación determinaba establecer una nueva misión al reino de la Zinga, y destinaba a ella ocho misioneros capuchinos, ratificándose en ese acuerdo en la reunión del 13 de octubre del mismo año; ordenaba, además, se enviasen otros misioneros al Congo y hasta catorce más para el establecimiento de estas dos misiones: una en el reino de Micoco y otra en el de la Zinga (10). Por fin, en total fueron enviados solamente doce religiosos, que se em– barcaron en Cádiz el 7 de julio de 1654 (11). Antes de finalizar el año ya habían llegado al Congo y, el 27 de diciembre, era elegido por los propios misioneros, según órdenes de Propaganda Fide, como Prefecto de la misión de Matamba, o sea del reino de la Zinga, el P. Serafín de Cortona (12). Este religioso, de nacionalidad italiana, era sin duda el más llamado para llevar a cabo una empresa llena de mil dificultades, ya que tenía que vérselas con una reina que «vive como un ave de rapiña, teniendo un .grandísimo séquito de gente bárbara y que está siempre en guerra, come carne humana y donde ella vive hace que todos los hijos sean echados a los perros; ofrece sacrificios en los que inmola doscientos y trescientos hombres». En esta carta en que el P. Serafín de Cortona nos describe las bárbaras costumbres de la reina y sus vasallos, añade que, aprovechando el envío de un embajador por parte de Zinga, le había escrito una carta, exhortándola a dejar aquella vida y recor– dándole que era cristiana, a lo que ella le había contestado ,con gran cortesía. Luego le escribió de nuevo por dos veces, añadiéndole que estaba dispuesto a ir a su corte o al menos enviarle uno de sus súbditos (13). . Poco después, el 3 de febrero de 1655, salía el P. A.11toniode Gaeta con el fin de ir a Loanda, tratar de hacer las paces entre los portugueses y la (9) !bid . (10) Actas de la Congregación de Propaganda Fide, del 13 de octubre de 1653, (11) !bid. , 598, donde pone la lista de todos los misioneros entonc es enviado s y de nacionalidad italiana. (12) Así lo escribía el mismo P . Serafín con fecha 10 de enero de 1655. Para ia misión de Micoco venía nombrado Pre fecto el P. Jenaro de Nola, pero corno a la llegada de los misioneros, ya había fallecido, esta misión quedó sin llevarse a efecto. Cfr. CESINALE,o. c., 600. (13) Carta citada del 10 de enero de 1655, en CESINALE,o. c., 600. en CESINALE,o. c., 597, nota. l.
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