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INTRODUCC!ÓN XI Esta reina, cuya vida conoció a fondo el P. Cavazzi, por haberla tratado y asistido siendo misionero en el citado reino de Matamba, una vez que se convirtió (4), se llamó en un principio Zinga de Angola, reino éste que por derecho le pertenecía como herencia de sus mayores, y cuya corona ciñó a la muerte de su hermano. No estuvo prisionera de los portugueses, como afirma el P. Anguiano (5), sino que, en 1622 y cuando contaba ya 40 años, fué enviada por su hermano en calidad de embajadora cerca de los portugueses a fin de ajustar con ellos un tratado de paz. En esa ocasión, después de ser instruída en las verdades de la fe, se le administró el bautismo en la catedral de Loanda, recibiendo entonces el nombre de Ana de Silva, nombre que volverá a tomar cuando de veras se convierta al cristianismo por obra de los misioneros ca– puchinos. El primer encuentro con ellos tuvo lugar en 1648, cuando Zinga, despo– seída de s~s estados por los portugueses, se dirigió con sus tropas a la conquista del reino de Matamba, del que prontamente se apoderó (6); Pasando sus sol- · dados por el condado de Huandu, cogieron prisioneros a los PP. Francisco de Veas y Buenaventura de Corella, a quienes se había encomendado el cuidado de aquella parte de la misión del Congo. Llevados esos dos capuchinos espa– ñoles a la presencia de la reina, fueron recibidos por ésta con muestras de piedad y respeto, y luego remitidos a San Salvador, capital del mencionado reino del Congo (7). Si es verdad que de momento no se convirtió, las exhortaciones que los dos capuchinos le dirigieron entonces, hicieron no poca mella en su ánimo. Por otra parte el recuerdo de lo que le habían enseñado al .ser bautizada y, sobre todo, las cartas del gobernador de Loanda, Salvador Correa de Sá y Benavides, en las que le pedía con encarecimiento cesase en sus crueldades y no consintiese tanto derramamiento de sangre, y que llamase a sus estados a los Capuchinos, al menos para que los niños recibiesen el bautismo (8), le decidieron, por fin, a enviar una embajada a los portugueses, pidiendo la paz, el envío de su hermana prisionera en Loanda y asimismo capuchinos (4) GIOVANNIANTONIOCAVAZZIDA MoNTECUCCOLO, o. F. M. CAP., Descrizione storica dei tre regni Congo, Matamba ed Angola e delle Missioni Ap ostoliche esercitatevi dai Missionari Cappuccini. Tivoli , 1937, libro V, cap. VI, p. 364. Citamos esta edición moderna por no tener a mano ninguna de las antiguas, la primera de las cuales se hizo en Bolonia, 1687. (5) Cfr. infra, cap. I, n. 5. (6) Este reino de Matamba, del que se apoderó la Zinga y que en adelante lo tuvo como suyo, estaba situado en el interior, a doscientas leguas del Océano, según dice el P. CAVAZZI, detrás de los reinos del Congo y Angola, con los que confinaba. (7) Cfr . ANGUIANO, Misiones Capuchinas en Africa, 246 ss. (8) Carta de Salvador Correa de Sá y Benavides, 13 de abril de 1651, en Rocco DACESINALE,O. F . M. CAP., Storia delle Missioni dei Cappuccini, III, Roma, 1873, 596.
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