BCCCAP00000000000000000000226

74 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA Llegaron a los principios de marzo a Cambador y hablaron al rey Damba, precediendo raras y exquisitas ceremonias. Admitidos a su presencia, le presentó el P. Fr. Serafín unas chinelas curiosas y él las estimó mucho, y tanto que sólo se las ponía cuando montaba a caballo; tenía muy buenos caballos y los ejer– citaba con destreza; pero sin embargo todos los vasallos andan descalzos y hasta el mismo· rey y tan mal ataviado, que sólo usaba de unos calzones o bragas y de una camisa al modo de sobrepelliz, y de un birrete todo de algodón, que es la tela del país. 10.-Tampoco tuvo efecto la conversión de este rey, y así se volvieron dichos Padres otra vez a Arrecife. En este puerto, como también en los de Alé y Joala, que son los más acomodados para el comercio y adonde hay más mercaderes de diferentes naciones, se ocuparon después todos aquellos Padres, cultivando aquellas cristiandades, y con tan conocido fruto, que parecían un paraíso·, viviendo antes todos poco mejor que los mismos gentiles. Habiendo, pues, explorado suficientemente los ánimos de los reyes circun– vecinos y de sus vasallos, y reconocido su rebeldía y tenacidad en los vicios y secta de Mahoma, determinaron de común acuerdo ir a incorporarse con el resto de la misión, que se hallaba entonces en los mandingas y por los puertos del río de Gambia; y así, aprovechándose de la ocasión que se les ofreció de una nao inglesa que arribó a Arrecife y pasaba a Gambia, recogiendo toda la ropa de la misión en ella, se embarcaron en el mismo• bajel, dejando con gran desconsuelo por su ausencia a los católicos de aquellos pueblos. 11.-Ya por este tiempo se habían encrespado las olas de la contradicción por parte de los Capitulares de Cabo Verde, de calidad que todo el cuerpo de la misión, cual navecilla agitada de los vientos en el mar, navegaba entre mil sobresaltos y escollos de dificultades ocasionados del huracán que salió contra todos de la parte de Cabo Verde, por haber entendido los Capitulares que los misioneros no sólo eran castellanos, pero que habían sido conducidos a aquellas tierras a expensas de nuestro católico monarca sin intervención o pasaporte del nuevo rey de Portugal. Y pareciéndoles hacían en ello algún mérito para sus adelantamientos, tomaron tan por su cuenta el desviar de aquellas costas a los misioneros, que no hubo medio ni traza que no intentasen. Donde principalmente se fraguaban todas las ideas para el caso, era en Cacheo, lugar cuarenta leguas más adelante del río de Gambia, a donde así el estado eclesiástico como el secular tienen sus tribunales, para dar providencia a las cristiandades que habitan aquellas costas y pertenecen al obispado de Santiago o de Cabo Verde, que es lo mismo. 12.-Experimentó los primeros golpes de tan constante contradicción el R. P. Fr. Manuel de Granada, Prefecto y Superior de la misión, el cual, hallán– dose en Cacheo con Fr. José de Lisboa y con Fr. Miguel de Granada, a pre– sentar sus patentes y el orden que tenían de la Sacra Congregación, como

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz