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Por cuanto a la libertad humana se refiere, la presencia tras cendente de Dios no es fuerza que esclaviza o violenta, sino amor que responsabiliza al hombre desde dentro, para que él mismo se realice en la historia. El Sco. Doctor insiste particularmente en es ta idea del supremo respeto de Dios a la libertad humana, expre sándola en una frase de S. Agustín que se ha hecho famosa: “Et cum secundum Augustinum, ‘Deus sic res, quas condí dit, administret, ut eas agere proprios motus sinat’; sicut non mutat naturam inditam lapidi et cuilibet ahí gravi, quin tendam inferius ad centrum, et ignis ac aérís, quin tendant superius et recedant a centro; sic nec debet vim mf erre homini, quem liberum fecit, quin possit semper eh gere quod voluerit” . Por último, creemos que en el pensamiento bonaventuriano se encuentra virtualmente la respuesta a la problemática del compro miso humano en el mundo. appetitum virtutis, sed potius per defectum vanitatis, qua creatura est ex nihilo. Hune autem defectum summa Ventas et Potestas sua praesen tía et manutenentia excludit a creatura. Et quía sic praesens est animae rationali, quam fecit, ut eam nunquam deserat, quin sit in ea per poten tiam, praesentiam et essentiam; ideo anima rationalis nunquam potest corrumpi...” (II $ent., d.19, a.1, ad 2: II, 460b). Dicha concepción presu pone, como condición indispensable, una recta interpretación dialéctica de las relaciones entre trascendencia e inmanencia, en su aplicación an tropológica. Y, a la vez, una superación radical de cualquier considera ción espacio-temporal de las mismas. Sólo en el consciente reconoci miento de Dios por parte del hombre puede éste situarse en el centro que le corresponde. “Las diferentes filosofías que imposibilitan la aper tura del hombre a la trascendencia y lo clausuran en su inmanencia, es tán imposibilitadas de realizar y dar razón del humanismo” (O.N. DERI sI, Humanismo y trasceudencia, en Sapientici 20 (1965) $7). Pueden ver se interesantes observaciones sobre la relación entre humanismo y aper tura de la persona hacia Dios en O.N. DERIsI, La Persona. Su esencia, su vida, su mundo, La Plata 1950, y en art. cit., pp. 83-89; A. GADDI, Umani Ui e Umanesimo nefla filoofia di 5. Bonaventura, en Doctor Seraph. 4 (1957) 5-22. Conviene anotar, que, debido al concepto que 5. Buenaven tura tiene de naturaleza, en correspondencia con su orientación prefe rentemente platónico-agustiniana, existe un peligro de interpretar su actitud ante la creatura como pesimismo radical, que pugnarfa con un sano humanismo, sobre todo en lo referente a la posibilidad verdaera mente humana del conocimiento. No obstante, ya hemos indicado que la Insistencia del Sco. Doctor en la insuficiencia de la creatura no está mo tivada por su pesimismo respecto de ésta, sino por su altísima concep ción de la trascendencia divina. SI bien parece reducir, en un primer as pecto, la valía de la creatura, en un segundo momento la realza, en vir tud de la presencia de Dios que la dignifica. En una síntesis del pensa miento bonaventuniano no deben olvidarse ambos momentos. 84. Regno Dei, n.44: y, 552a. Cfr. II $ent., d.23, a.;, q.2, f.3: II; 533b-534a; Brevil., p.1, c.9: y, 218b; ibid., p.3, c.2: y, 232a. 281
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