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valorar debidamente las razones metafísicas subyacentes a su pen samiento y que motiva en último término sus afirmaciones, ni tener en cuenta la evolución cronológica de su pensamiento tal como testimonian sus escritos . 22. La interpretación que frecuentemente se hace del pensamiento bonaventuriano sobre la presencia de Dios en las creaturas parece tener en cuenta, exclusiva o principalmente, el Itinerario, en el que se quiere apreciar un influjo decisivo de la visión franciscana de las cosas y, des de él, pronunciarse sobre la concepción bonaventuriana de la inmanen cia divina en las creaturas (cfr. C. DELL’OLIO, Motivi iS2iTatOTi dell’ “Iti nerarium mentis”, en Doctor $eraph. 8 (1961) 34-44; F. ULIVI, It senti mento francescano delle cose e San Bonaventura, en Doctor Seraph. 9 (1962) 15-33; 0. MELANI, Ispirazione e aspetti filosofici neW “Itinerarium mentis iii Deum” di San Bonaventura, en Doctor Seraph. 15 (1968) 51- 69; R.J. REsTREP0, La presencia de Dios en el mundo y en el hombre. Análisis del Itinerarium mentis in Deum, en Franc. 10 (1968) 175; M.A. P0MPE;, San Francesco “Maestro” di San Bonaventura, en Doctor Se raph. 16 (1969) 16-30. Creemos que, aun reconociendo el fuerte influjo de dicha visión franciscana de las cosas en el pensamiento bonaventuriano, no podemos prescindir en un enjuiciamiento recto del mismo de los es critos anteriores. En ellos encontramos ya lo fundamental de dicha con cepción, profundamente razonada, si bien no expresada con los matices del Itinerario. La opinión de Guardini sobre la división en dos grupos de los escritos bonaventurianos —obras sistemáticas del período univer sitario y escritos posteriores—, con el acento en la diversidad doctrinal de los mismos, ha sido muy pronto superada por otra opinión más equi librada y justa respecto a la evolución del pensamiento del Sco. Doctor. Cfr. para este tema, R. GuARDINI, Die Lehre des ¡it. Bonaventura von Er Zósung, Düsseldorf 1921, p.2; contra dicha opinión reaccionó inmediata mente A. ST0HR, Die Trinitütslehre des heiligen Bonaventura. 1 Teil: Pie wissenschaftliche Trinittslehre, Münster i. W. 1923, pp. 2-5; 1, SQuA— DRANI, 5. Bonaventura christianus p’hilosohus, en Anton. 16 (1941) lO9ss; GILs0N, op. cit., pp. 34-35. Creemos que dentro de esta perspectiva general de la evolución del pensamiento bonaventuriano debe estudiarse el problema particular al que venimos aludiendo. Por otra parte, si bien es cierto dicho Influjo franciscano en el pensamiento de 8. Buenaventura, la vida de S. Fran cisco escrita por el Sco. Doctor ¿no supone una interpretación de la misma mediante esquemas personales, profundamente metafísicos, ela borados por él, y en los que se vierte y desde los que se motivan los más mínimos pormenores de la actitud de 8. Francisco ante las cosas? Basta recordar algunas indicaciones como testimonio de nuestra afirmación: “Consideratione quoque primae originis omnium abundantiori pietate re pletus, creaturas quantumilbet parvas fratris vel sororis appellabat no minibus, pro eo quod sciebat, eas unum secum habere princlpium. lilas tamen viscerosius complexabatur et dulcius quae Christi mansuetudlnem piam similitudine naturali praetendunt et Scripturae significatione fi gurant” (Leg. 8. Franc. c.8, n.6: VflI, 527b); cfr. Ibid.,, n.9: VIII, 5285. “...puroque speculationis contuitu omnia in summum referebat Opificem ipsumque Factorem recognoscebat, amabat et iaudabat in omnibus; su- perna fiebat largitione clementlae, ut omnia in Deo et Deum lii omnibus possideret. Consideratione quoque primae originis omnium creaturas quantumlibet modicas fratris vel sororis appeilabat nominibus tanquan ab uno secum exeuntes principio, quamquam lilas viscerosius omplecte retur et dulcius, quae Christi mansuetudinem piam similitudine natura- 247
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