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en sí mismo y para un encuentro constante e interpersonal con El Aún más, esta dimensión especial de presencia divina en el hombre y de relación inmediata respecto de Dios, impresa en las facultades espirituales de aquél en cuanto imagen de Dios, es algo natural y substancial en el espíritu humano: “Esse imaginem Dei non est homini accidens, sed potius substantiale sicut esse vestigium nulli accidit creaturae” 17I La persona humana, en cuanto imagen de Dios, lleva constitu cionalmente, por tanto, esta referencia hacia El; sin ésta, no pue de ser, ni comprenderse a sí misma como imagen ‘77 De ahí la llamada constante del Doctor Seráfico hacia la inte rioridad: el espíritu humano es lumen, speculum, ¡mago, liber scrip tus intus... en el que se hace patente y resplandece de modo espe cial la presencia de Dios ‘. La “speculatio” bonaventuriana adquiere de esta forma el sen tido de contemplación de la presencia de Dios en las creaturas ‘ 175. Cfr. II $ent., d.16, a.l, q.1 e et ad 5: II, 3945 et 395b-396a. B. MADARIAGA, La “imagen de Dios” en Za metafísica dql lwmbre, según San Buenaventura, en Verd. Vida 7 (1949) 149-150, recoge las diversas defini ciones que 5. Buenaventura da de la Imagen y su procedencia histórica. 176. II Sent., d.16, a.1, q.2, f.4: II, 397a; cfr. 1 Sent., d.31; p.2, a.1, q.1 e: 1, 540b; II Sent., d.16, a.l, q.1, ff. 1.2: II, 396a-b. 397a; Hexaem., coll.1, n.26: y, 333b; Ibid., coil. 2, n. 27: V, 340b; Ibid., cali. 10, n.7: y; 378a. Sobre la diferencia entre “imago” y “ad Imaginem” cfr. 11 $ent., d. 16, dub. 3 resp.: II, 407b: “...Hinc est, quod horno non tanturn est Imago, sed etíam ad imaglnem, quia non secundum omne quod est, est Imago, immo differt ab imagine...” Interpretando el pensamiento bonaventurla no, escribe O. González: “La idea de imagen designa un ser que vive en permanente y esencial relación a un modelo, al que hace referencia siem pre y del que recibe su ser propio. En sí misma dice otredad, alteridad subsistente, ordenación a un prototipo, camino hacia, medio de conoci miento. No un hacia sí mismo sino hacia el otro desde el que es” (op. cit., p. 583). 177. Se desprende de la misma naturaleza de la Imagen creada que lleva “innata” la referencia natural hacia su prototipo (cfr. II Sent., d. 16, a.1, q.2 per totam: II, 396a-398b; 1 Sent., d.1, a.3, q.3 c: 1, 41a). A la afirmación de la radicalidad natural de esta referencia Intelectivo-voli tiva hacia Dios como objeto de las facultades espirituales del hombre, se le presenta una grave dificultad teológica: la gratuidad de la visión de Dios. Sobre el modo posible de conjugarlas, cfr. J. ALFARo, Transcenden cia e inmanencia de lo sobrenatural, en Gregorianum 38 (1957) 5-50. 178. “Intra Igitur ad te... et videre poterls Deum per te tanquam per imaginern, quod est videre per speculum In enigmate (itín., c.3, n.1: p. 383). 179. Puesto que la creatura es considerada corno speculum que re- 229
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