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Dios está presente, por tanto, en la misma constitución del es píritu humano mediante una configuración especial de presencia conformativo-atrayente, de la que brota el dinamismo intelectivo-vo litivo del hombre hacia Aquél, como hacia el objeto de sus faculta des espirituales. En todo espíritu humano está presente Dios, motivando el en tendimiento y atrayendo la voluntad, promoviendo al hombre en su realidad espiritual, desde dentro de sí mismo, hacia El, Verdad y Bien infinito, hacia el cual está el hombre inmediatamente ordena do en razón de imagen de Dios’73. Esta particuaridad no siempre es reconocida debidamente por los estudiosos bonaventurianos. Pero, si somos fieles a su pensa miento, hemcs de admitir que, según el Doctor Seráfico, en esta ordenación inmediata a Dios se expresa la verdadera naturaleza de la imagen: “Quia enim ej immediate ordinatur, ideo capax elus est, vel e converso; et quia capax est, nata est ej configuran; et propter hoc fert in se a sua origine lumen vultus divi ni...” 174 Precsamente en esta ordenación inmediata hacia Dios radica la dignidad de la persona humana frente a cua’quier otra re&idad sensibie y en ella se basa la función mediadora del hombre en e universo. En e vestigium, Dios está presente como principio creador: en él ha dejado la huella de su paso por las cosas, sin que éstas sean capaces de reconocerle como tal. En el éspíritu, en cambio, Dios ha dejado marcada su seme janza expresa, reveación más personal, que capacita al hombre para un reconocimiento de la presencia divina en los vestigios y Scot. J. Maréchal et 3. Lonergan, en Anton. 48 (1973) 5-45; IDEM, Gurbert de Tournai et Robert Grosseteste. $ources inconnues de Za doctrine de L’iflumination, en 2. Bonaventura 1274-1974. Volumen commemoraDivunz anni septies centenarii... II, pp. 627-642. 173. “..Jmago dicit ordinem ad illud culus est imago, tanouam In finem et odinem immediatum...” (II $ent., d.16, dub. 2 resp.: lí, 407a). Cfr. Ibid., a.1, q.1 c: II, 395a; IV $ent., d.49, p.1, a.un ., q.2 c: IV-1, 1003b; Myst. Trinit., q.1, a.1 e: y, 49a; Ibid., q.3, a.1 c: y, 70b; Ibid., q.4, a.1 ad 3: V, $2a; Itin., c.3, n.4-: Y, 305a; Comm. $ap., proem.; n. 5: VI, OBa. 174. II $ent., d.16, a.1, q.1 e: II, 395a. “...in quantum est imago Dei, natus est immediate ferri in Deum...” (Ibid., d.44, a.2, q.2, f.4: II, 1008a). 228
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