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espiritual, es vestigium, por estar relacionada con Dios como a su triple causa; pero solamente es ¡mago la creatura racional, única capaz entre todas las creaturas de tener por objeto al mismo Dios y de poder aprehenderle por el conocimiento y el amor165. Dejando a un lado tos aspectos estrictamente teológicos de di cho pensamiento, por otra parte muy importantes para una antro pología de cuño bonaventuriano, interesa aquí subrayar, sobre to do, dos ideas fundamentales en relación con cuanto venimos afir mando: el aspecto signitivo del vestigio y el formalmente asimilati vo-atrayente de la ¡magen. Dos modos diversos de hacerse presen te Dios en las creaturas según el Doctor Seráfico. En primer lugar, toda creatura, sensible o espiritual, por míni ma que sea, aparece en la especulación bonaventuriana como fiel indicador refulgente de la presencia de Dios, su Creador’66. El mundo todo, aun en sus realidades más insignificantes, es, en cuanto vestigium, una constante teofanía y una esencial referen cia signitiva de la presencia íntima de Dios en el ser de aquéllas. Este carácter de relatividad signitiva, impreso en toda creatu ra, no es algo adventicio, sino natural a la misma: “Omnis enim creatura ex natura est illius aeternae sapien tíae quaedam efftgies et similitudo” 167 En el pensamiento bonaventuriano, existir como creatura y de cír relación signitíva radical hacia Dios se identifican. De ahí el ca rácter primariamente contemplativo, de constante alusión dinámi ca y símbolo de la presencia de lo divino, que adquieren todas las realidades creadas en sus escritos. Nos recuerda la visión francis 165. “Alia differentla est penes ea Itt auibus reperluntur. Quonlam enlm omnis creatura comparatur aa Deum et in ratione triplicis cau sae, ideo omnis creatura est umbra vel vestiglum. Sed quonlam sola ra tionalis creatura est capax Dei per cognltionem et amorem: Ideo sola est imago” (1 Sent., d.3, p.1, a.un ., q.2 post ad 4: 1, 73b). “Recognosce er go, o anima mea, quam mir a et inaestimabilis dignitas est, esse non so lum vestiglum Creatoris, sed etlam esse Imaglnem elus, quod est pro prium creaturae rationalis” ($oiit., c.1, n.3: VIII, 30b). Cfr. $cient. Chr., q.4 c: y, 24a; Brevil., p.2, c.12: y, 230a. 166. “...lmposslbile est, aliquid esse vel produci, In quo non sit ves tlglum Creatoris” (II $ent., d.12, q.1, a.1, f.4: II, 293b). Cfr. las abundan tes referencias que hemos hecho de tal afirmación al hablar de la afir mación de la presencia de Dios en las creaturas en sus escritos. 167. Itin., c.2, n.12: y, 303a. “...esse vestlglum nulli accldit creatu rae” (II Sent., d.16, a.1, q.2, f.4: II, 397a). 225

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