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Otras veces acudirá a la razón de su inmensidad: “...Deus est ubique propter sui immensitatem, unde nulli po test abesse...” ‘. En el resto de sus escritos, si bien se encuentran pocas refe rencias explícitas a la justificación de dicha afirmación desde esta perspectiva, aflora, no obstante, en ciertas ocasiones idéntico mo tivo al indicado en su Comentario. En las Cuestiones sobre el misterio de la Trinidad, tratando de aclarar la presencia inseparable de Dios en la creatura y su inmu tabilidad, afirma: “...dicendum, quod illud intelligere possumus, sí simul ir telligamus Deum simplicissimum et imrnensum. Quia ením mmensus est, sic est intra, quod extra; quia simplicissimus est, nullatenus distat a se ipso, quantacurnque sít in rebus, in quibus est, localis distantía et separatio...” 123 Por útímo, en el Itinerario, al especular sobre el primer nom bre de Dios y los caracteres divinos que de él se deducen, indica: “Quia simplicissimum et maximum, ideo totum intra orn- rija et toturn extra... Quia perfectíssirnum et irnrnensurn, ideo est intra omnia, non inclusurn, extra omnia, non exclu sum, supra omnia, non elaturn, mfra omnia, non prostra turn” ‘-. Respecto al otro motivo de su afirmación de la presencia divi iia en todas las creaturas —la condición ontológica de toda reali dad creada—, encontramos en ¡ Sent., d. 37 una frase reveladora que puede servirnos de ayuda en el análisis que venimos haciendo de los escritos bonaventurianos en torno a este tema. c :1, 696a-b. Refirféndose a la plenitud de la Divinidad que está en Cris to, hace esta alusión que lleva una profunda significación desde el tema del que nos venimos ocupando: “...ln lila plenitudine est simplicitas, ra tione cuius potest habitare et uniri rel creatae...” (III $ent., d.14, a.1, q.2 ad 1.2: III, 301b). Desde esta perspectiva debe interpretarse cuanto $. Buenaventura afirma sobre la exclusividad del iflabi de Dios en la creatura, anteriormente examinado. 122. IV Sent., d.10, p.1, a.un ., q.3 ad 2: IV-i, 221b. Cfr. 1 $ent.; d.39, a.1, q.2 ad 4: 1, 690b; II $ent., d.2, p.2, a.2, q.1 c: II, 76b-77a; III Sent., d.14, a.1, q.2 ad 1.2: III, 301b. 123. Myst. Trinit., q.6, a.1 ad 9.10: V, iOlb. 124. Itin., c.5, n.8: y, 310a. Cfr. Ibid., c.6, n.5: y, 311b. Cfr. Dom. 2 post. Pent., sermo 1: IX, 35$b-359a. 209