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bida 6• La moderna, en cambio, vive obsesionada por una radical ¡nmanencia . Entre ambas concepciones cabalga el pensamiento cristiano, cristalizado especialmente, en su forma razonada, en los doctores medievales. Estos, preocupados por mantener el equilibrio entre la verdad expresada por ambos conceptos, buscan la forma de dar expresión adecuada a la afirmación conjunta de la absoluta tras cendencia divina junto a su relativa inmanencia en las realidades creadas. Quedan fijadas en ellos las líneas maestras de la solu ción, si bien diversamente matizada, en correspondencia a las di versas tendencias de pensamiento que representan. Podemos ahora apreciar con más exactitud hacia dónde apun taba nuestra pregunta prelimimar sobre el significado del término inmanencia y sobre el sentido preciso que adquiere el mismo. Al hablar aquí de la inmanencia divina, nuestro discurso ver sa directa y expresamente sobre la misma, en el sentido de pre sencia trascendente de Dios en las creaturas, según los matices antes anotados. Y, a este nivel, preguntamos: ¿existe la temática de la inma nencia divina en el pensamiento bonaventuriano? ¿Cómo viene pre sentada e interpretada racionalmente? 6. Cfr. A-MUÑOZ ALoNso, La Trascendeicia de Dio, en la filosofía griega, Murcia 1947; P. ScAPIN, Umanesimo e tra$cendenza, en Divus Thomas 71 (1968) 308-318; 8. VIsMARA, Immanenza e Trascendenza nella Storia, en Riv. Filos. Neoscol. 17 (1925) 90-99, 0. SAlTA, 11 probZemq di Dio e la filosofia della immanenza, Bologna 1953. 7. El antagonismo entre los conceptos de inmanencia y trascenden cia se ha pronunciado de una manera muy particular en la filosofía mo derna. y. KUIPER, Lo sforzo verso la Trascendenza. Studio sulla Filosofía di B. Varisco e sull’ldealismo, Roma 1940, p. 145, afirma este hecho des de el punto de vista noétlco. Creemos que puede afirmarse de Igual for ma en la interpretación metafísico-religiosa. Esta, a su vez, está ínti mamente ligada a la concepción noética. El inmanenti,mc gnoseolóico, con su exordio en el cogito cartesiano, aunque Descartes no abandona la orientación realista y de trascendencia, es el que con más vigor In tenta Imponerse como constitutivo fundante del ser. La filosofía poste rior se encargará de sacar todas las consecuencias del método hasta lle gar a la más absoluta inmanencia, en la que todo quedará definido en función del hombre, con la subsiguiente negación de toda metafísica de la trascendencia y, en concreto y muy particularmente, de Dios. Es ta es la tesis que desarrolla C. Fabro en su libro IntrQdlizione afl’ateis mo moderno, Roma 1964. Para el aspecto histórico, cfr. 8. VI5MARA, op. cit.; H. LEcLÉRE, op. cit., esp. 1296-1298; B. A. GENDREAU, op. cit., esp. 234-235; P. ScAPIN, op. cit.; J. G0MEz CARFARENA, op. cit., pp. 207-238. 305-312. 171

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