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micamente constituída por su radical relatividad hacía el Absoluto: no es algo en sí y desde sí, sino desde otro y hacia otro. Pero con una partkularidad especial, anotada conscientemen te por S. Buenaventura y decantada en varias formas en sus obras: este radical ir hacia, que constituye a todo dinamismo finito, arran ca, en último término, de su pr venir de: “... ad illud enim solum stat ultíma resolutío in redeundo, in quo est prima origo in exeundo, ut manifestum est” ‘. “Nam eo ipso quod est primum, omnia ab ipso fluunt, et eo ipso quod fiuunt ab ipso, ad ipsum recurrunt tanquam ad finem ultimum...” Manteniéndose fiel a la línea platónico-agustiniana, el Doctor Seráfico ha encontrado en la célebre fórmula exitus - redítus el mo do más apto de expresar su pensamiento sobre la relatividad de to da creatura desde una doble dimensión: su ser desde y su ser ha cia. Lo finito queda constituido por su exitus - reditus, fórmula en la que se presenta, además, la justificación de la más recta y profun da intelección de la creatura desde Dios. Creemos que el análisis realizado sobre la concepción metafí sica bonaventuriana en este tercer capítulo ha abierto amplias perspectivas en orden a una más certera y profunda comprensión y justificación de su pensamiento en torno a la trascendencia divi na. En efecto, hemos descubierto las motivaciones hondas de tal pensamiento dentro de su metafísica de índole plenamente resolu tiva. Al mismo tiempo hemos podido constatar la fidelidad obser 145. 1 Sent., d.42, a. un., q.l, Í.4: 1, 747a. 146. Myst. Trinit., q.3, a.1 e: y, 70b. Cfr. II Sent., d.1, p.1, a.1., q.1; LS: II, 15a; Myst. Trinit., q.7, a.1 e: V, 108a. Sobre este modo de Inter pretar S. Buenaventura el ser finito-creado, escribe O. González: “El ser finito no es algo aislado en su contingencia, puesto frente al Trascenden te en una cierta autonomía. No es la creatura algo en sí y desde sí, sino desde otro y hacia otro. Ese provenir de, como inevitable condición del existir, y tender hacia El, como constitutivo último de todo nuestro di namismo teológico, es la definición más honda del ser contingente. Tan esencial como su inseidad le es la otredad, la referencia al Otro funda mentante, con la que le viene dada la disponibilidad a ser utilizado y mo vido por él en cualquier sentido” (Misterio trinitario y existencia huma na, p. 59). Desde esta perspectiva ha enfocado Zubiri su idea sobre la “religaclón” en sus preciosas páginas En torno al problema de Dios, en Naturaleza, Historia, Dios, MadrId 19512, pp. 327-361, partIcularmente en p. 337-340. 155

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