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De esta suerte, los conceptos humanos sobre Dios como ens primum - summum - ultímum convergen, al fin, en una misma y única realidad trascendente en todos los aspectos de la triple causali dad eficiente, ejemplar y final. Hacia ellos se orienta la concepción metafísica bonaventuriana en su búsqueda de radicalidad. El Doctor Seráfico encuentra en Dios, en razón de bonum per essentiam, el verdadero status en el aspecto de la bondad-finali dad, como anteriormente lo ha encontrado en los aspectos del ser y de la vérdad, en Dios en razón de ens et ventas per essentiam. En estos conceptos transmite, de modo concreto, un mensaje profundamente humano, sobre el significado de la trascendencia divina desde la tercera y última consideración de su metafísica —de consummatione—, en la que aquélla sigue siendo consciente mente la idea-fuerza de su pensamiento. En dicho mensaje revela, ante todo, el sentido de la más ab soluta independencia teleológica divina frente a todo lo creado. En virtud de su trascendencia, el único motivo determinante del obrar divino en relación a la creatura es Dios mismo: obra por pura liberalidad, y no puede admitir imposición alguna desde lo ex terior. Crea. quia libere vult: voluntarismo trascendental, exigido desde su concepción de la trascendencia divina, frente al pensa miento neoplatónico. En él revela, al mismo tiempo, el sentido profundo de la de pendencia de la creatura respecto de Dios, al descifrar el sentido último teleológico de toda creatura. Esta queda definida en su di namismo más radical —su ser hacia— desde una dimensión que la relativiza por completo en orden a Dios: la creatura queda diná 346b). “Et ratio huius est, quia nihil potest animam sufftclenter finlre nisi bonum, ad quod est. Hoc autem est bonum summum, quod superlus est anima, et bonum inflnftum, quod excedit anlmae vires. Cognitio enlm animae naturalis est cognitio non arctata; unde nata est quodam modo omnia cognoscere, unde non impletur cognitio elus allquo cognos cibii, fis! quod habet In se omnia cognoscibilla et quo cognito, omnia cognoscuntur. Similiter affectio elus nata est diligere omne bonum; er go nulo bono sufficlenter finítur affectus, fis! quod est bonum omnis boni et quod est omnia In omnlbus (1 Sent., d.l, a.3, q.2 c: 1, 40b). Esta inquietud humana hacia la búsqueda de status jerfectus recuerda la 11- nea agustiniana, a la que se alude frecuentemente. (Cfr. &ient. Chr., q. 6 c: y, 35a; Myst. Trinit., q.4, a.l ad 7: y, $2b; Ibid., q.6, f.3: V, 97a; Brevil., p.4, c.6: y, 247a; Hexaem., coll. 5, n. 32: V, 359b). Los motivos úl timos de esta Inquietud, por parte del hombre, engarzan con su concep ción de éste como Imago Dei, tema que examinaremos al hablar de la inmanencia divina al hombre en la segunda parte del estudio. 154
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