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El Ñatubái estaba esencialmente en función del grupo, no de la casa, como afirma con poca precisión Jaulin 92• Ni permanecía siempre en el bohío, como indica Villamañán en sus primeras impresiones Además de dirigir la construcción del bohío como principal respon sable, el Ñatubái tenía otras funciones propias: supervisar el bohío —por sí o por otro— para que no hubiera goteras o desperfecto algu no, invitar a otros grupos batí a que visitasen el bohío o cuidar las rela ciones con ellos, supervisar las distintas funciones de sus colaboradores que eran los responsables inmediatos de los trabajos que se les encar gaba, inaugurar el bohío, dístribuir los puestos a las distintas familias en el mismo, ocupar el primer puesto a la izquierda de la entrada, organizar las luchas contra las tribus no barí o contra los blancos (a las que tenía que asistir el primero), mantener la paz dentro del grupo, organizar y supervisar las empresas de la comunidad. Respecto a la organización de las luchas contra otras etnias, G. Alvarez nos informa: «Es fascinante la técnica concreta que desarrolla el Natubái para dirigir el ataque al enemigo de los barí. Le compete específicamente: • Inspeccionar el terreno y elaborar la táctica de ataque más adecuada (ataque por sorpresa). • Desde un lugar estratégico, dirige y observa el ataque de los suyos, a veces sin participar directamente. • Cubre la retirada a sus guerreros y se enfrenta a los posibles perse guidores. • Una vez en el bohío, evalúa los resultados de la batalla». Respecto a los problemas internos que surgían en las familias, el sistema barí ofrecía el máximo respeto a la intimidad familiar. Se observaba una politica familiar de no ingerencia. Era un precepto reci bido desde los orígenes del pueblo batí y que se mantenía con toda rigurosidad. Eran ios papás los encargados de organizar sus propias fa o. D’EMPAIRE, o. c., 190. Tampoco son reconocidos los vocablos de «Rugchi sáicaibai» ni «Iddónamai Ñatubái», con los que A. de Viilamañn designa a los responsables de organizar la cacería y las carreras, respectivamente (cf. A. de VILLAMA.ÑÁN, Cosmovisión y religiosidad bai’í, en Antr. 42 (1973) 17. En Saimadoyi tampoco reconocían el término «Yekónomi» para designar al curandero. 92. R. JAULIN, o. c., 60. 93. A. de VILLAMAÑÁN, Primeros días de amistosa convivencia con los motilones, en VenMis. 22 (1960) 323. 85

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