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ella, haciendo flechas, porque, al caer de la tarde, vendrá Tokuáiba a matarla». Tokuáiba aparece al caer de la tarde. Viene de donde sale el sol. Soniáiba, Tokuáiba y Sokdóaiba. El hermano espíritu le dijo: «Yo te avisé que vendrían los Sirogdobóbarí de prisa a defenderte muy rápidos». Venían con espadas bien afiladas y daviddú en ese momento es taba acostado. Al llegar Sírogdobóbarí, daviddú mujer se levantó. Como estaban separados daviddú y mujer, el hombre cuando el daviddú vio a Soniáiba se fue hacia donde estaba el hombre, pen sando que le iba a defender. Pero Sirokdobóbarí no la dejó acercar- se a barí. Soniáiba le cortó la cabeza por delante, y Tokuáiba por atrás. La partieron en cuatro partes. Al hombre le dijeron: «No te pongas a llorar porque no era mujer barí. Era daviddú mujer». El hombre, como no se dejó coger por david’dú, siguió sano, no cayó enfermo. El hermano espíritu pensó que su hermano le iba a enamorar daviddú mujer. Y por eso le sacó la fuerza de enamorar. Después de matar a daviddú mujer, le devolvió la fuerza. Y el her mano se casó con una barí y le contó lo que le había pasado con da viddú, de cómo le habían sacado la fuerza de juntarse. Pero ahora sí puede. El hermano espíritu le dijo a su hermano: «Yo pensé que ibas a enamorar a daviddú e ibas a morir. Por esto te saqué la fuer za de enamorar». (Repite). No era una mujer barí, sino daviddú mu jer. Tokuáiba, Soniáiba, Sirogdobóbarí vinieron corriendo a matar a daviddú. Tres golpes le dieron, matándolo. El hermano espíritu pensó que iba a enamorarlo e iba a morir. Y le preguntó a su hermano: «TÚ estabas enamorado de daviddú?». «No, le dijo, no tenía razón para ello». No tenía fuerza para enamo rarle. Después de esto, los barí, le dijeron que se volviese a cazar. Sabaséba les dijo que ese daviddú se había muerto y que esa per sona estaba bien de salud. Los taibabióyi agarraron a un barí y se murió. Volvió taibabióyi a agarrar, le ‘dio golpes y lo mató. Y murió. Este hombre estaba pescando pancho y corronchos en el río y los taibabióyi lo agarraron. Los taibabióyi le golpearon y murió. Decían los barí: «Los taibabióyi siempre nos matan a barí». Los sitbayí vi ven en cuevas, no son como taibabióyi. Van pintados por delante y detrás: de azul y rojo con rayas. Sitbayí viven en cuevas y son mu chos. Los basunchimba no se enamoran de taibabióyi, sí de sitbayí. Los basunchimba se enamoran de los hijas de sitbayí. (Repite). El espíritu de barí se enamora de las hijas de sitbayí. Los sitbayí viven en cuevas y se enamoran los basunchimba de sus hijas, como de las hijas de zamuro blanco. Los papás, de sitbayí, van pintados ‘de colores, con rayas adelante y atrás. Las mujeres no se pintan. Sólo hombres y &flos van pintados. Los basunchimba se enamoran de las hijas de sitbayí y lo mismo que con las hijas de zamuro blanco. Los basunchimba se enamoran. Los sitbayí no matan a los barí, sino que son buenos. 380

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