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apenas se agachó, se agarró la canasta al palo y cayó encima de ella. La mamá gritó: « ¡Ay, ay! ». Y la vieja se estiraba. Entonces el papá amontonó más leña encima. La vieja se estiraba. El papá amontona ba más leña. Primero le echó el montón pequeño. Prendió fuego y metió el fuego entre la paja que comenzó a arder rápidamente. Papá encendía la leña por una parte y por varios lados. Así estaba bueno. La leña grande se quemará. No importaba: «No, vamos a quitar el montón de leña grande. El palo grande hace mucho fuego». Los demás barí le preguntaban: «Cómo hizo la mamá?». Sabasba le dijo: «Haz así con tú mamá». Sabasba avisó a Ñandóu. Ñandóu ya sabía lo que el papá iba a hacer con la mamá. Iba a hacer algo como tigre. Iba a hacer animal grande y pequeño. Del palo grande iba a salir danta. La danta no tiene dientes, sólo por las esquinas de la boca. La nariz de la danta va a ser larga. Nariz muy larga. La nariz sería blandita, como había dicho Sabasiba. Los dientes no son cortantes. Ñandóu ya sabía lo que iba a ser. Pues Ñandóu ya lo sabía. Dabaddó iba a salir de allí. De allí saldrá también vaca, mu- la, perro, burro. Cuando se acabe, oiga. Sabasba enseña a Ñandóu; por eso sabe. Ondotián dijo que no sabía. Después había vaca, perro, burro, caballo y yegua. De las cenizas de la viejecita —mamá dice— salió esto. Todo esto salió de allí. Ñandóu sabía que iba a ser esto. De esto salió danta y sabai’dakú y oso. El oso no tiene dientes. Oso no tiene dientes. La cara tiene larguita y uñas largas. Cuando una persona va distraída por el camino, la agarra con las uñas y la mata. La cola es muy an cha. Tiene mucho pelo. El oso es rápido por delante. Ñandóu sabía todo esto. La mamá lo había quemado para esto. La mamá había oído esto. Ñandóu les dijo: «Ya me voy a donde está el jefe Saba sba». Y le dijeron: «Bueno, ¿cómo lo hizo esto mamá?». «La vieje cita mató a su nieto». Papá había dejado dos varones con ella. Al más grandecito y al pequeñito con la abuelita. Al más grandecito lo in tentó agarrar pero se le escapó. Al pequeñito, en cambio, lo agarró y lo mató. La vieja engañó al chiquito, pretendiendo quitarle los pio jos. Y el mayorcito lo retiraba ‘de la viejita. El más grandecito dijo: «¡Ay, cómo ha matado a mi hermanito. Lo ha agarrado por el cue llo! ». El pequeñito estaba lejos. Cuando le llamó la abuelita se acercó a la abuelita. (Repite). El pequeñito no sabía nada. El grandecito sí lo sabía. Estaba alejado en el bohío. Lo llamó y fue donde estaba la abuelita. En el bohío que hizo Kassóso estaba la viejecita esperando para matarlo. Sabaséba no se daba cuenta todavía. Si Sabaséba le hubiera dicho a Kassóso que no lo matara, la viejecita no lo habría matado. Kaschíba y Nondaschíbarí también lo estaban viendo y le dijeron: «Van a matar al niño». Cuando lo había matado, los basunchimba pasaron aviso para que Kaschíba y Nondaschíba fuesen allá. Los basunchimba se fueron por donde se oculta el sol. El sitio por donde sale el sol estaba lleno de gente. En cambio, por donde desaparece el sol está vacío. «Váyanse por ahí». Ñandóu y Sabasba les había 367

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