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nuestro viaje por debajo tierra». Donde nace el sol, se pone la coru na y desde allí empieza a caminar durante el día. «Al atardecer se guimos nuestro viaje más rápido, para que no sea la noche tan larga como el día». En la mañana, recién llegados, empiezan a des ayunar. Y las esposas también se ponen a comer con ellos. Sin dor mir constantemente, hacen su viaje corrido. «Si nosotros nos hubié ramos dormido, no habría sol. El día estaría como la noche». Los barí dicen que, como ellos mismos dijeron, no descansan nun ca. Hacen siempre el recorrido. Donde casi nace el sol, comienza a iluminar el sol. Como Sabasiba mismo había dicho, iban a iluminar desde el cielo hacia la tierra. Cuando ya está más alto, comienza a iluminar más fuerte. «Vos otros vais a quedar para siempre juntos. Nosotros seguiremos siem pre dando vueltas, Ñandóu y yo». Ellos se ocultan y empiezan a ha cer su viaje rápidos para llega;- pronto donde nace el sol. «Yo segui ré trabajando siempre para vosotros>, les dice Sabasba. Ñandóu con su esposa anda caminando y también Sabaséba. Si da a luz la mujer de Ñandóu, comienza a caminar despacio, no tan rápido. La mujer camina despacio y Ñandóu aminora el paso. Al atardecer, le obliga a la esposa que camine más rápido. Al ocul tarse el sol, se quita la corona y comienza la noche. A continuación se detienen a comer. Le dijo Sabasiiba: «Nosotros seguiremos ilumi nando como nosotros lo hemos prometido para siempre. Vosotros os quedaréis para siempre aquí y nosotros seguiremos iluminando. Vos otros nunca marcharéis a otros sitios». Les dijo Sabaséba: «Quedaos ahí mismo». El pescador, Kokéba, seguirá caminando junto con nosotros, para que se quede donde sale el sol para siempre, y luego para que eche los pescados hacia los ríos y los mares. Donde nosotros hemos tum bado, quedará Kokébadóu siendo un buen pescador, para que eche los pescados hacia los barí. «Tú te vas a quedar para siempre aquí», le dice Sabasba a Kokébadóu. Les echarás bocachico, sardinas y otras clases más y vas, a la vez, a quedarte para siempre. Ven a vivir aquí para que eches los pescados donde nace el sol». Le dijo Saba sba a Kokeba: «Tú no vas a marchar a ningún sitio, porque eres un buen pescador, y vas a echar pescado hacia los barí. Tú te vas a meter en la profundidad, donde tiene la base el mar, con un palo de color blanco para que el pescado vaya huyendo hacia arriba. Tú no te irás de aquí. Tú no vas a hacer nada aquí donde están los barí; sino que vete a donde nace el sol, para que suban los pescados. Tú te ocuparás de ese trabajo para que seas un gran dueño de los pes cados». Sabasba le dijo a Kokébadóu: «No vas a trasladarte a otro si tio, sino métete dentro del mar y echa los pescados hacia arriba». Sabasba se quedó mirando a Kokébadóu y Kokébadóu empezó a caminar dentro del mar, con un palo blanco para que subiesen los pescados. Y luego Sabasba se quedó observando los pescados. Sa baséba le dijo a Kokébadóu: «Qué bien van pasando los pescados 333

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