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Kariká, que era sarnoso, seguía buscando agua en la montaña y cada vez hacía el hueco más profundo en cada árbol que encontraba. Siempre en busca de agua. Y así pasaba las noches y los días. Si guió sus viajes hacia los llanos. Durante tres días llevaba consigo una totuma para recoger el agua. Y no encontraba. Hasta que, por fin, más adelante, encontró árboles para tumbar y de donde salió el agua. Así nos cuentan los antiguos sobre la historia de este personaje. Así se explicaban los antiguos sobre Kariká. Empezaba dando macheta zos sobre ese árbol. Moría de sed, hasta que llegó hasta lo más den tro del árbol. Hizo un hueco más profundo y salió la corriente de agua. Sentía mucha sed, se agachó, tomó rápidamente del agua, por que se estaba muriendo de sed. Hizo un hueco profundo en la parte inferior. También en la parte superior del árbol. De pronto, vio correr el agua. Logró tumbarlo por la parte posterior. Sus ramas daban has ta la montaña. Y de allí salió el río Ihkí. Así nos cuentan los anti guos la historia de este personaje Kariká. De noche buscaba agua. Andaba junto a Sabaséba. Era una perso na sarnosa. Era bueno, cariñoso con Sabaséba. Cada vez se sentía morir más de sed. Y así tumbó el árbol durante la noche. Antes de existir el sol, en la oscuridad. Una vez, barí sano iba a ser el sol, pero no pudo hacer. Salió como si hubieran salido lámparas. No hizo fuerte la iluminación. Barí es taba enfermo, con llagas. Le dejaron un poquito de plumas. Los res tos de las plumas, pedacitos pequeños, que él recogía para hacer la corona. El hizo un collarcito bien anchito. El lo había recogido de lo que sobraba de plumas para hacer el sol. Así lo hizo él. Y la gente barí sana se burlaba de «Ñandóu» —que así se llamaba—. Era un personaje con mala salud, pero iluminó fuerte. Los barí con buena salud dijeron: «Ya hemos hecho lucir el sol nosotros mismos». Y, el que andaba mal de salud, rápidamente se quitó la corona y se oscu reció de nuevo rápidamente. Y se fijaron en Ñandóu. La corona del sol ilumínó muy fuerte porque las plumas del tucán tienen un color rojo muy vivo. El que estaba mal de salud hizo iluminar el sol. Al principio, recogió dos plumitas. Y nada más. Colocó en el collar una atrás y otra en el pecho. Y los otros barí recogieron suficientes plu mas, pero no iluminaron nada. Antiguamente, no tenían para comer, sino que buscaban con can. dela, durante la noche, mataban los sapos, culebras y otras clases de animales, que ellos comenzaron a comer. Cocinaban en una olla en forma de hueco, en la piedra, para poder alimentarse. Desde en tonces, los barí buscaban los animales con la candela. Mataban tu cán, loro y otra clase de animales. Nuevamente se burlaron los otros barí de Ñandóu: «Nosotros no te daremos plumas suficientes», dejándolo enfadado. Pero él encon tró dos plumas. Tampoco él se quedó atrás. Siguió haciendo como los demás, hasta hacerse el soL. Gritaron, entonces, los barí: «¡Qué alegre hemos hecho el sol. Nosotros fuimos los primeros que hicimos el sol! ». Se pusieron, de nuevo, la corona, pero no pudieron hacer el 339

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