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así tendremos todos los alimentos». Sabasba nos enseñó a sembrar todito. Si no hubiera enseñado Sabaséba, barí comeríamos macana (palos), que se comen quitándoles cáscara. Sabaséba enseñó a sem brar caña, plátanos y todito. Kassóso también dijo: «Yo voy a hacer bohío». Puso un mecate atravesando el techo. Ñatubái le preguntó: «Qué vas a hacer?)>. Y Kassóso dijo: «Enseñaré a hacer bohío)). Como él nos enseñó, así te nemos chinchorro para dormir; los yukpa, en cambio, duermen en el suelo, en esteras y no tienen casas. Kassóso también enseñó a hacer chinchorro. Como él no enseñó a los yukpa, ellos comen sólo mono perezoso (arikbá), caracoles gran des, cardos. Los yukpa se visten con vestido sucio. Nosotros dormi mos arriba, en chinchorro, como dijo Sabaséba. Nosotros hacemos todo como dijeron Sabaséba, Kassóso y Dababosá. Dababosá enseñó secretos de curación con tabaco. Los jóvenes no saben los secretos de curar. Los viejos, en cambio, sí. Las mujeres piensan que jóvenes saben secretos de tabaco. Cuando una mujer cae con enfermedad gra ve, no cura joven esposo, porque no sabe. Kassóso nos mandó en señar a los demás. Igualmente Sabaséba todito. Dababosá también nos enseñó. Kassóso y Kokéba y Sabaséba. Dababosá está vestido de tigre. Una persona miedosa puede pen sar que es tigre. Pero el cuñado piensa: «No es tigre, es persona». El cuñado le pregunta: « Eres tú tigre?». Y responde: «No. Soy per sona». Y mostrándole flecha, le dijo: «Mira mis flechas y lo que ca zo: pava». Y Dababosá le da de comer al cuñado. El papá de la ni ña le dijo que tenía ganas de comer tonino. Y Dababosá le dijo que sí. Y la niña le dijo: «Sí, papá. Te traeré de los taibabióyi». El papá le dijo: «Tráeme tres clases de pescados que no tengan espinas: to nino, sapo, doncella». Y la niña hija le dijo: «Sí, te lo traeré». La mamá le dijo que también quería comer pescado. Y le dijo la hija: «No te preocupes. Yo te lo traeré». Dababosá curaba con tabaco echándole a la mamá sobre el estómago. Dababosá le lamía a la ma má, mientras hablaba ella con su hija. La mamá no sabía que faltaba un mes para flechar a Dababosá. El papá sabía que apenas se metía en el monte, Dababosá se quitaba el disfraz de tigre. La mamá en cambio, no sabía que era persona. Cuando le habló Dababosá en barí, pensó la mamá: «Es persona». El papá, en cambio, ya lo sabía. De lante de la mamá se quitó el cuero de tigre. Y entonces Dababosá le dijo: «Así me mandó hiciese Ñatubaireré>. «Por eso me llevé la hija. Mira cómo está de grandecita después de tres días». Dababosá no dijo nada antes de la curación. Por eso están ahora las niñas tan bajitas y no crecen tanto. Sabaséba le dijo a Dababosá: « Has ense ñado el secreto a barí?». Y le contestó: «Aún no». Como no nos dijo secreto Dababosá, las niñas no crecerán tanto. Sólo cuando tengan muchas lunas crecerán. Así como nos dijo Sa baséba, no crecerán niñas. Están pequeñitas, sin crecer tan rápido. Estas no crecen. Hay varias que no crecen. Como nos dejó dicho Sa baséba. 349
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