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Los instrumentos que empleaban para la agricultura eran muy rudi mentarios. Guillén, inmediatamente después de señalar dichas siem bras, afirma: «. . .pero todo en abundancia y muy fértiles las plantas y óptimos los frutos; esto es aun careciendo de herramientas a propósito para romper los montes y cultivar las siembras, pues a excepción de las que se le obsequiaron por el mes de marzo de este año cuando se príncipió el tratado de paces, sólo se les encontró un hacha de piedra y dos o tres instrumentos de hierro a manera de hachuelas, puestos en unos cabos de madera y empatados con cordeles, cuyos instrumentos al parecer formados de cañones de fusiles abiertos y batidos con piedras fuertes, según lo grosero de su construcción» . Nos atestiguan que es lo que llamaban «Tibiddúna». Según la división del trabajo, siempre respetada por ellos, pertenecía a los varones sembrar; las mujeres recolectaban y ayudaban a limpiar el conu co. Este era de propiedad comunal. Lo talaba el grupo y lo sembraban juntos en hileras o surcos. Pero con una particularidad importante que expresa su concepción sobre la propiedad: cada barí consumía únicamente los produc tos de la hilera que él había sembrado, para él y los suyos. Para elaborar sus flechas tenían también extensos campos de caña brava («Chiká»). Cultivaban también algodón («Kará» o «Karána»), que utilizaban para muchos menesteres, como veremos. 2.4. La base de la atímentación barí, era, por tanto, la que procedía de la caza, la pesca y la agricultura. Al caer de la tarde, una vez que se volvía de la caza, la pesca o de trabajar el conuco, las mujeres preparaban cuidadosamente la comida («Karabá»). Cada familia, como ya hechos indicado, poseía dentro del bohío su propio fogón («Airí») en el que preparaban los ali mentos. Para conseguir el fuego («Karée»)), empleaban el sistema pri mitivo de hacer fuego, a cuyo procedimiento llamaban «Oktukána». Se procuraban dos palos especiales, secos, porosos, llamados «Bishimá», de un material especial («Birokshí»). Se colocaba uno en forma horizon tal, al que anteriormente le habían hecho un pequeño hueco, sobre el que colocaban el otro, de forma vertical, frotándolo con las palmas de las manos con fuerza y rapidez inusitada. Lo cierto es que, como afirman los estudiosos de esta etnia, tanto por parte colombiana como venezolana, los barí no presentaron nunca interés por su cultivo. 135. Diario... 267. 134

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