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Una costumbfe oríginal que recuerdan los más ancianos era la de que el papá echaba a su hija tabaco en piernas y senos con finalidades procreativas. El matrimonio «oficial» se constituía por el hecho del traslado del chin chorro de la novia al lugar ocupado por el novio; tras lo cual, comenzaban a hacer la vida marital. No parece existiese otro rito especial o fiesta determinada por la costumbre. El Ñatubái o jefe permanecía al margen de este asunto que se consideraba privativo de los padres de los interesados. Por lo que respecta a las relaciones prematrimoniales, no existen entre nuestros informadores posturas uniformes. Mientras unos nos indican que existían con relativa frecuencia, otros, sin embargo, no re cuerdan existiesen como reconocidas oficialmente por el grupo. Cuando la muchacha tenía algún hijo sin estar aún oficialmente casada, la mamá de ésta lo recogía con naturalidad y lo cuidaba como si se tratase de matrimonio reconocido 96 En cuanto a las formas de matrimonio barí, la más extensiva y la que dominaba primordialmente era la monógoma. Esta, según nuestros informadores, no era la fase terminal de un proceso evolutivo desde la promiscuidad primitiva, sino la comúnmente aceptada desde los tiem pos más remotos. En casos excepcionales, admitían la poligamia suce siva en su forma de poliginia. Se desconoce entre ellos la poliandria. Pero, aun en casos de poliginia, debemos precisar que tal forma de matrimonio tenía diferente significado social y cultural al que tiene en nuestra cultura occidental cristiana. No debe, por tanto, enjuiciarse con el canon occidental. La poliginia en el pueblo barí es un fenómeno complejo relacionado con factores culturales, sociales y económicos, que significa un posible equilibrio social dentro del grupo y que no tiene que ver nada con nuestras categorías morales occidentales. Los barí se organizan, como los pueblos primitivos, en sistema de funciones y no de derechos. Esta forma particular de organizarse socialmente debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar este fenómeno. 96. Podía ocurrir que los papás de la joven se opusiesen en algún caso por ciertas razones que ésta no comprendiese. Esta situacíón podría provocar, aunque rara vez, la huida de la hija hacía otro grupo comunal. Los papás, tal como reconocen nuestros informadores, alguna vez salían en su búsqueda; otras, no. Pero, caso de que volviese con un níño reconocido por el papá de éste, aquéllos entregaban ya a su hija para que conviviese en matrimonio con él. 92

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