BCCCAP00000000000000000000222

76 I)IONISI0 CASTILLO CABALLERO Por último, en El Pedagogo, Sartre introduce otro de los motivos de su ateísmo soteriológico: la cultura de la racionaiz dad absoluta, la única capaz de salvar al hombre de toda escla vitud y superstición... ¿Su validez? —Tanto cuanto los principios en los que se fundamenta sean válidos. Ciertamente debemos reconocer que Sartre hace análisis, desde la perspectiva fenomenológico-psicológica, muy atina dos. Es preciso reconocerlo. Sin embargo, su pensamiento filosófico acerca de la liber tad corno absoluta e indeteterminada que se encuentra en el transfondo de estas dos obras analizadas y pertenecientes al año 1943, supone una antropología filosófica incorrecta. Preci samente el mismo Sartre la superará en sus escritos posterio res. Señalamos dos obras en particular: La critique de la raison dialectique, Gallimard, París 1960. Trad. cast. de Manuel La mana, Losada, Buenos Aires 1963. Un estudio sobre los condi cionamientos sociales de la persona y en el que expone cómo aquella ilusión primera está hecha migas: el edificio de su ju ventud en ruinas. Y Les rnots. En esta autobiografía reconoce, a su vez, que «la cultura no salva nada ni a nadie, no justifica» (p. 162 [205]). El ideal utópico de El Pedagogo queda sin sentido... No obstante, creemos que la problemática presentada por Sartre en Las moscas sigue, en el fondo, vigente aún hoy en día. Creemos que es preciso replanteamos el tema de Dios con la debida seriedad filosófica. Por lo que respecta a la religiosidad popular— en definiti va, es la que parece encarnar Sartre en toda esta obra y, a la vez, riduculizarla hasta el extremo—, es preciso purificar las concepciones sobre Dios que está presuponiendo y los mo dos concretos en los que, con cierta frecuencia, se vivencia y,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz