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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 71 262 Informe de los superiores de la misión dirigido al Capitán general de Ve– nezuela sobre los sucesos de aquélla y malos tratos recibidos por los indios (Caroní, 1 noviembre 1790). - Original (AGI, Caracas, 318). Habiendo consultado los dos asuntos contenidos en los oficios de V.S., su fecha de ambos de 29 de agosto último, con los RR. PP. Con– yúdices, con la reflexión y madurez que se requiere, habemos tenido a bien representar lo que es digno de la atención y noticia de V.S. en lo que mira al asunto de la fundación de la garita o casa fuerte y pueblo de españoles en la horqueta del río Curumo con el Cuyuní, que no es poco notabl e la diferencia que hay en hacer la población en donde V.S. nos expresa y le han informado, a la que conviene hacerse por los fines que V.S. nos comunica; pero, antes de expresarla, nos parece ser muy nece– sario manifestar lo siguiente: Bien evidente es, señor, y cierto que no sólo se ha procurado por parte del Sr. Gobernador , que fue, D. Miguel Marmión, en dar lugar a perturbar la paz y quietud, que muchos años había que gozaba esta Rvda. Comunidad, sí que también ha buscado y procurado los medios, valién– dose para eso de sujetos nada afectos a los misioneros, no sólo para dar– nos que sentir, sí que también para menoscabar la reducción de nuestro cargo, pues ignoramos los informes que tiene hechos al Real Consejo contra esta tan acreditada Comunidad de misioneros, y nos persuadimos que otro tanto habrá hecho a la comprensión de V.S., siendo así que de nuestra parte no le habemos dado motivo para ello. Tampoco ignoramos las noticias [que] tiene imbuidas, provenidas de parte del ayudante D. Antonio López de la Puente y los proyectos resultantes de ellas, que todo se dirige a confirmar el desafecto que hemos experimentado del Sr. D. Miguel Marmión. El molestar la atención de V.E. sólo se dirige a desimpresionarle de los infundamentados informes [que] tienen comunicados al gobierno de V.S., como también para aclarar la verdad de lo que sin tan piedad nos han acusado a los superiores tribunales los nominados señores; sabrá V.S. y podemos afirmar que de parte del citado D. Miguel Marmión, muy poco o, mejor diremos, en nada nos ha atendido y menos protegi– do. Siempre ha dado al desprecio nuestras justas representaciones, sien– do constante por las reeptidas instancias que tanto yo como mi antecesor

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