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64 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 259 Representación de D. Miguel Marmión al rey informándole del estado de la misión de Guayana y de lo sucedido en la fundación de Tumeremo (Gua– yana, 8 marzo 1790). - Original (AGI, Caracas, 967) . Señor. He recibido para su cumplimiento el real acuerdo de 9 de mayo próximo pasado sobre habérsele concedido el pase a los reinos de Es– paña a Fray Justo de Barxelona, religioso capuchino, antes de cumplir los diez años de misionero a que vino a esta provincia, con el objeto de presentarse al Comisario general para, por su medio, informar a V.M. del estado de las misiones, y solicitar el remedio que exigían las desave– nencias suscitadas entre los religiosos que las doctrinan, de modo que, restablecida la paz y tranquilidad, se evitase todo motivo de mal ejem– plo a los infelices neófitos de su cargo, como por este medio así me per– suadí yo sucediese, según lo anunciaron los principios, aunque en breve se frustraron en mucha parte mis buenos deseos, experimentando efectos muy contrarios, según V.M. se habrá enterado de los tres expedientes en copia que dirigí con representación de 22 de septiembre último y de los antecedentes. Ansioso de cortar de raíz las malas consecuencias de la discordia, es– cribí al Comisario general, suplicándole que por su parte ocurriese con el remedio más eficaz, a fin de conseguir este importante fin, quien, en– tre otras providencias, expidió últimamente una carta pastoral exhortán– dolos a la paz y unión fraternal y que, olvidados de pasados resentimien– tos y mediante una verdadera, sincera reconciliación, cooperasen todos a los santos fines de su principal evangélico ministerio, y al mismo tiem– por, para que con más fervor y acierto lo ejecutasen, les formó varios ar– tículos muy prudentes, sabios y conducentes al intento y al del buen or– den y gobierno interior, que les dirigió por mi mano para más obligarlos a su cumplimiento, y yo, cerciorado de que eran consecuentes con las ordenaciones generales y leyes del reino, se los pasé al Prefecto, quien me avisó el recibo, y reparando yo que no había hecho novedad alguna y guardaba un misterioso silencio en el particular, le hice oficio para que me dijese cuál era su resolución, y, en carta de 19 de febrero inme– diato pasado, entre otras cosas, me respondió lo siguiente: "En los pun– tos de Ordenaciones que el R.P. Procurador Fr. José Bernardo de Es-

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