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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 63 media, y, en caso de invasión de la provincia, mucho menos, porque, teniendo que atender las fortalezas de la antigua Guayana, defensa prin– cipal y única de la entrada del Orinoco, no se podrían sin notable falta o abandono de ésta verificar aquellos auxilios, mediante no haber más tropa que tres compañías de Infantería y una de Artillería y éstas ha– llarse siempre dispersas en los destacamentos remotos del alto Orinoco y Río Negro, del Parime, de la Barceloneta, del río Cauta, de las forta– lezas de la antigua Guayana y en la expresada escolta de PP. Capuchi– nos catalanes; distancias que hacen inaccesible su reunión en cualesquiera de los dos casos explicados, sucediendo por la escasez de tropa haber de estar incompletas las dotaciones señaladas en el proyecto del Brigadier D. Agustín Cramer, y dos y tres años sin relevo; y cuando esto se pue– da proporcionar, es a mucha costa de la real hacienda en los transpor– tes; de que dimana en la mayor parte la falta de asistencia y disciplina militar de los soldados. Consideradas estas razones y las demás que la sabia penetración de V.E . deducirá con presencia de las que en los papeles de 10 de julio de 88 tuve el honor de representar y dirigirles, me atrevo a proponer a V.E. la urgente necesidad de aumentar, por ahora por pronta providencia y sin perjuicio de lo que en adelante pueda convenir, dos compañías de Infantería a esta dotación, y la que hay de Artillería ponerla sobre el pie de cien plazas: que con particular recomendación y la brevedad posi– ble, se haga la fundación de una villa en la Horqueta o reunión del río Curumo en el de Cuyuní, disponiendo se le dé principio con la escolta, se– ñalada por Su Majestad en la citada real orden de 22 de diciembre de 1763, de treinta hombres; que éstos convendrá sean de milicianos casados, que al mismo tiempo que resguardan las misiones y atienden a los objetos insi– nuados, al mando de un oficial comandante, sirvan también de pobla– dores, con los auxilios que a este importante fin deberá franquear la V. Comunidad de dichos PP. Capuchinos catalanes, con parte de las diez a doce mil cabezas de ganado vacuno, que ofrecieron a Su Majestad y los admitió con el piadoso fin de que se repartiesen entre los vecinos pobres de esta provincia, cuya real gracia nunca mejor ni más oportunamente que en esta ocasión, puede disfrutarse . Dios guarde a V.E. muchos años. Guayana, 22 de septiembre de 1789. Excmo. Señor: Miguel Marmión ( firma y rúbrica). Excmo. Señor Bailío Fr. D. Antonio Valdés.

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