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62 FUENTES PARA LA HISTORIA COLON IAL DE VENEZUELA en los términos que manifiesta el Diario adjunto, que en copia acom– paño a V.E. con el plano que con éste y las antecedentes noticias con que me hallaba, he levantado nuevamente para demostrar, en el mejor modo posible, la disposición local del terreno que circuyen la costa del mar y los ríos de Esquivo, Cuyuní, Caroní y el Orinoco , dentro del cual se hallan las expresadas misiones y su numeroso hato de ganado mayor; las siembras de tabaco de la villa de Upata, jurisdicción de toda la pro– vincia, en donde sólo la renta permite el cultivo de este fruto; las made– ras de construcción reconocidas el año de 87, y las minas de plata últi– mamente descubiertas y que actualmente se están practicando por mi– neros facultativos , que ha enviado el caballero Capitán general e Inten– dente de Caracas, las pruebas que realicen su verdadera existencia o el desengaño; hallándose también descubierto e indefenso, esta porción de terreno el de más valor, principal, pingüe y poblado de la provincia, presentando el río Cuyuní a los holandeses paso franco y libre a nuestras posesiones para su comercio reprobado de indios que esclavizan, intro– ducción de géneros mercantiles y extracción de frutos que producen aque– llas misiones, sin que se les pueda impedir por estar hasta éstas desier– to aquel río, ni a los naturales su comunicación por no haber resguardo ni población de españoles que los contengan, de que hay muchos ejempla– res hasta la última guerra, sin los dos recientes que refiere en su Diario el oficial comisionado, sirviéndoles también de asilo a los malechores que por sus excesos y libertinaje, haciendo fuga, pasan muchas veces a aquella colonia o sus fronteras , arrastrando pueblos enteros como prácti– cas experiencias lo han acreditado; y, lo que es más remarcable en el asun– to, a que las conocidas ventajas de este terreno respecto al resto de la provincia, mueven más la codicia de un enemigo activo, en cuyas ma– nos llegue a recaer Esquivo, conforme sucedió en la útlima guerra, ma– yormente conociendo éste la facilidad con que en el estado que se halla, pudiese tomar sin costosas expediciones por no haber fuerzas con que oponérsele , pues la reducida escolta de 25 a 30 hombres que, de real orden se mantienen repartidos en aquellas misiones, es insuficiente o ca– si inútil en tal caso. Los indios, gente sin civilización ni subordinación, amantes de la independencia y de la libertad, con que los brindaría sin duda el enemigo para atraerlos a su partido , es de temer admitiesen gus– tosos cualesquiera novedad por huir de la sujeción, en que los tienen los religiosos para su enseñanza. Los socorros de la capital, en una sorpresa, para sostener el puesto, es muy dudoso llegasen a tiempo oportuno, por la larga distancia que