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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 59 tra su voluntad y con prejuicio y pérdida de sus labores, y establecer hatos de ganado mayor en sitios expuestos a furtivas extracciones de los holandeses de Esquivo, como lo es la nueva fundación de Tumeremo, se– ñalada en el plano que en esta ocasión se remite por separado, con otras razones que se deducen de los cuadernos l '? y 2'? que acompañan en copia. Conociendo los religiosos que me representaron el empeño con que el R.P. Prefecto y sus adictos sostenían sus nuevas ideas y con par– ticularidad la de la fundación de Tumeremo, principiada por el P. Fr. Hermenegildo de Vich siendo Prefecto, en el año de 1786, sin noticia de este gobierno, hasta que en el año de 87, en 3 de febrero, después de verificada la fundación en dicho sitio de pueblo y hato de ganado mayor, dio aviso el nuevo Prefecto pidiendo la aprobación, resolvieron los primeros por el conducto de su Comisario general hacer sabedor a Vuestra Majestad estas novedades a fin de cortar las malas consecuen– cias que podrían seguirse de no aplicar con oportunidad el remedio co– rrespondiente, y yo, a su instancia y con consulta del Capitán general e Intendente de Caracas, a quienes comuniqué el asunto y determiné con– ferir licencia al P. Fr. Justo de Barcelona para que pasase a España a efecto de informar, juzgando que por este medio se tranquilizarían los espíritus alterados de unos y otros, como al principio dieron muestras, pero me engañó mi buen deseo, pues, lejos de conseguirlo, ha sucedido que, noticioso el Prelado por las cartas que pasó su Comisario general de cuanto reservadamente me manifestaron dichos religiosos, se ha empe– ñado en mortificar y molestarlos, para que, hostigados, se desdijesen, como en efecto lo ha conseguido de algunos, que le contestaron a las cir– culares que les pasó sobre el asunto, negando haber firmado papel ni representación alguna para el Real y Supremo Consejo de Indias, se– gún me lo escribió uno de dichos religiosos, suplicándome disimulase esta su deliberación a que le había precisado la necesidad de contempo – rizar como único medio para evadirse de las tropelías y persecuciones que les amenazaban, pero que entendiese era sin perjuicio de la verdad de los hechos que me tenían representados. Por la propia causa de no haber adherido a las ideas del R.P. Prefecto hállase el P. Fr. Tomás de Olot hecho blanco principal de la indignación del partido contrario, quie– nes, bajo el pretexto aparente de una obediencia engañosa, como des– pués se ha visto, intentaron despacharlo para Europa con descrédito de la buena opinión en que hasta ahora fue tenido por todos generalmente

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