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48 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA No hablo de los interiores asuntos que por medio de nuestro Pro – curador y ahora actualmente por el correo, en observancia de lo pedido por S.R.A., se ha representado nuevamente, cuya resolución y efecto, según nos ha informado el dicho P. Procurador, mira V.S. con la preci– sión que requi ere la gravedad de la materia , sino de lo que pertenece a la conservación y aumento de los pueblos y reducción de los infieles al gremio de la santa Iglesia y al vasallaje de S.R.M., a cuyo fin se ha mi– rado siempre por necesario en estas remotas tierras el hato de ganado que los primeros misioneros apostólicos fundadores de esta provincia y misiones, con parecer y expresa voluntad de los católicos monarcas, fun– daron. Este hato que con tantos afanes y trabajos se fundó en estas misio– nes, ha sido el único consuelo y recurso no sólo para la fundación de tantos pueblos, reducción de tantos indios y consistencia de ellos y de los misioneros, sino también de las reales fábricas, tanto de la antigua como de la nueva Guayana, como por los auténticos testimonios que paran en nuestro archivo, se puede probar. En atención de esto, se ha siempre tenido grande cuidado en la conservación de este hato, procu– rando no extraer res alguna fuera de la provincia; no matar vacas, terne– ros ni terneras sin gravísima necesidad. Con esta economía se había gran– demente aumentado y conservado, y se habían podido atender a las ur– gencias del real servicio, pero de algunos años a esta parte, por diferen – tes encuentos (sic), se había atrasado, y por ese motivo, sabido por el tribunal de la General Intendencia, se nos pasaron correspondientes ofi– cios a fin de que se eligiesen los medios más útiles para su restauración; se pusieron en ejecución formando algunas queseras, poniendo en ellas parte del ganado, cuyo medio, aunque no fue suficiente para restaurar lo atrasado, sirvió para preservar en gran parte lo existente, hasta estos últimos años, en que, ya por no haberse con la debida prontitud podido efectuar la fundación de un nuevo hato que se juzgó sumamente necesa– rio a juicio tanto de los religiosos como de los seglares peritos en el par– ticular, ya también por la precisión de las siembras de tabaco en la villa de Upata , que propusieron el Administrador pasado D. Francisco Paúl y el Gobernador de esta provincia, con tanto empeño, que nos obligaron a que, por más que dijésemos no poder condescender con el abasto de la carne que pretendían para los cosecheros del dicho fruto, se hubo de dar la carne que pedían, acusándonos de opuestos a los proyectos del real servicio. Se sufrió en estos años pasados el atropellamiento de ganado que
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