BCCCAP00000000000000000000221

46 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA justicias dichas, las que, representadas al Sr. Gobernador de esta provin– cia, en nada se dio providencia; las deudas están asimismo, cosa que to– do carga sobre los pobres indios, pues de las pagas del ganado se satisfa– ce el trabajo en cuidarlo, y en lugar el nuevo Administrador de procu– rar a que dichos vecinos de Upata satisfaciesen lo atrasado y librarnos a nosotros del pesado yugo de sufrirlos, los ha empeñado a emprender grandísimas siembras de tabaco, sin mirar de dónde saldría la comida para los trabajadores de dicho fruto, queriendo obligar a la Comunidad a que le había de dar tantos novillos como él quisiese, y esto con tantos fueros, que no haría más si nosotros lo hubiéremos hurtado. Se le condescendió a los principios en cuanto se pudo, protestán– dole de que no se podían suministrar todo los que él pedía, pues S.R.M. quiere que primeros sean socorridos los indios, como cosa a que tienen más derecho, y que de lo sobrante se beneficien los españoles. No sobra la carne, por más que lo digan las comunes voces, pues no es cosa que se pueda meter en una arca. No hemos negado, como he dicho arriba, a que se registre por hombres peritos, y por eso decimos que, aunque sean del real servicio las siembras del tabaco en la villa de Upata, no es menos del eral servicio el que se funden pueblos de indios, se levanten iglesias y casas en ellos. No es menos del real servicio el que se saquen indios de los montes y se mantengan en las misiones, como también es muy importante al real servicio que los religiosos puedan cumplir con su ministerio en el cuido de los indios. Asimismo es muy del real ser– vicio, y creo primero que las siembras del tabaco en la villa de Upata, el que se fortifiquen los presidios de la Vieja Guayana y se auxilien las tropas y que esta provincia se mantenga bajo el dominio de S.R.M., para cuyos asuntos sirve y ha servido el hato, como la actual experiencia lo enseña en las reales obras que se hacen en dichos presidios, y consta que en lo pasado se ha siempre socorrido de nuestro ganado en seme– jantes lances. Pero, señor: o bien todo esto dicho se ha de dejar, o se ha de dejar de dar carne a los vecinos de la villa de Upata, o se ha de negar la carne a los insinuados asuntos, y, caso se suministre en éstos, ha de ser limita– damente, o se ha de decir a los españoles que trabajen lo que pudieren, según su fondo y poder, como hacen en otras partes. Dejemos, pues, a la alta comprensión de V.S. lo que será de mayor importanci a, y, para no cansar más su atención, pedimos a V.S. con la presente que mire con ojos de piedad a estos pobres indios y a esta Rvda. Comunidad . No que– remos pleitos: sólo con los oficios que se han pasado recíprocos, tanto

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz