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M ISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 333 Queda más o menos a medio camino entre el Orinoco y las misiones del sur, y, aunque en un valle, puede decirse que queda cerca del centro de la elevada fila que divide las aguas del Orinoco y del Esequibo. Así, pues, ofrece una admirable posición militar y un foco para el comercio del distrito, para cuyos propósitos ha sido escogida con muy buen juicio. Las fértiles colinas en torno satisfacen todas las necesidades vegetales y un considerable exceso para la exportación; las llanuras al sudeste abun– dan en ganado. El pueblo está construido en manzanas rectangulares, pe– ro las casas son miserables y la mayoría de barro sin simetría, elegan– cia o ventilación. Un torrente de buena agua serpentea por unas dos ter– ceras partes de la población, y, aunque ahora se seca a veces, podría con poco trabajo suministrar amplio abastecimiento del líquido. El suelo de la sabana, aunque rocoso, es rico en algunas partes y los pastos pueden ser notablemente mejorados. En 1803 la población tenía 769 habitantes y, por el número de casas sin terminar, debe haber estado creciendo rápidamente hasta el estallido de la revolución. Los pequeños conucos del vecindario contenían probablemente unos dos mil habitantes más". Pág. 16. - "Nos internamos de nuevo en la selva y, pasando una cadena de colinas, fértile s como de costumbre, salimos a una meseta elevada donde queda Cupapuy [Pone un plano del pueblo]. Es una de las misiones más grandes. Fue fundada en 1733 y en 1803 tenía 957 in– dios de la tribu guayana, una de las más dóciles. Está bellamente ubi – cada en una elevación de 500 pies sobre la llanura vecina y siempre ha sido muy sana; sin embargo allí pudimos observar la pestilencia en to– dos sus horrores. De los setecientos u ochocientos habitantes que to– davía quedaban, contamos 439 enfermos de la fiebre y muriendo a un ritmo de 12 ó 14 por día". Pág. 19. - "Cupapuy contiene, aparte de la residencia y las oficinas, cuarenta y cuatro edificaciones, subdivididas en 122 casas. Algunas es– taban totalmene desiertas: la mayoría contenían de cuatro a catorce en– fermos .. . Observamos una costumbre: cuando alguno moría, toda la fa– milia evacuaba la casa por un tiempo dado; el oficio de enterrar a los muertos se deja generalmente a las mujeres. . . Cupapuy tiene la ven– taja de estar muy cerca de Upata, sólo a dos leguas, y de la vecindad de las colinas que son los sitios de aprovisionarse los indios. Los Capu– chinos parecen haber insistido en escoger sitios sanos para los pueblos, sin preocuparse mucho de la distancia de los sitios de aprovisionamiento, en que no se les permitía a los indios permanecer por ningún tiempo .

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