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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 319 dos abandonando cuanto tenían. Los indios celebraron con júbilo la li– bertad de un yugo que odiaban , y festejaron el ejército invasor con dan– zas de tocotinis y todo género de demostraciones, y desde luego se hi– cieron partidarios decididos de la república. Piar comprende cuán terribles enemigos son los Capuchinos y bien pronto comenzó a reprimirlos. El 9 de marzo comisiona a Francisco Muñoz para recoger los ca– ballos, mulas e intereses de los misioneros y parte Ignacio !barra a em– bargarles los bienes que tenían en la misión de Barceloneta. Se encarga Luis Lezama del puesto de Justicia mayor de Upata, y van comisiona– dos a Altagracia, Cupapuy, Santa María, San Antonio, Puedpa, Santa Clara, San Serafín y San Pedro, a tiempo que sale el alférez Orta con un piquete de caballería en persecución de los Capuchinos que se fuga– ron al interior . Era urgente su captura porque el jefe realista Ramos apa– reció por Puedpa y era de temerse el influjo de los Padres en favor del enemigo. Orta los sorprende el 11, pasando el río Curuní (sic), 20 kiló– metros antes de llegar a Guasipati; tratan de defenderse, lo que no da otro resultado que la herida leve del P . Domingo de San Hipólito y la captura de 8 religiosos, otras tantas cargas de ropa, 15 fusiles, pól– vora, dinero y 32 indios que los acompañaban. Con todos estos regresa Orta al cuartel general y, dejando en la Pastora los sacerdotes, entregó a Piar el resto de su captura el 19 de febrero. El 25 sale de Upata el mayor Alonso Uzcátegui a buscar a los Ca– puchinos que quedaron en la Pastora, y para el 28 llegaron al cuartel general tres frailes más capturados en El Palmar. El día 27 puso Piar las misiones al cargo del presbítero José Félix Blanco y, de acuerdo con él, se resolvió que todos los Capuchinos fueran conducidos, junto con los presos españoles y portugueses que había allí, al convento ( ! ) de Caruachi, donde estaban mejor custodiados. Al efec– to se destinaron cincuenta hombres de infantería y caballería al mando del teniente coronel Ucros para guarnecer dicho pueblo . A consecuencia de estas disposiciones el mismo 28 salieron para Caruachi los tres Ca– puchinos llegados y fue custodiándolos el teniente Valentín García . Diez más que había en Miamo fueron a unirse a éstos en igual fecha. El 20 cayeron en poder de Cedeño, frente a Angostura, tres más que lograron unirse a Ramos y junto con éste fueron hechos prisioneros y enviados a Caruachi. El 2 de marzo llegó Uzcátegui con los ocho frailes que fue a buscar, y ese mismo día siguieron su destino custodiados por el teniente Juan

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