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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 313 putado generalmente por entendido en cosas de economía y policía, con dos compañías de pescadores que formara el Ilustre Ayuntamiento , podrían abastecer de pescado fresco y salado con abundancia a todo el vecindario de la capital y a otros fuera de ella, y sólo está la dificultad, según parece, en que se ofrezca alguno a encargarse de ello o a emprestar cuatro o cinco mil pesos para establecer dichas compañías y proveer de barcos, redes, sal y lo demás necesario, o en hallar algunos sujetos ca– paces para dar buenas cuentas, pero hasta ahora ninguna providencia se mira resultada, quizá porque esta Comunidad ha podido hasta ahora ser– virles vacas aunque no sin sentimiento y lástima. Cuarto. Tienen recurso a los víveres que frecuentemente descargan a la capital los barcos comerciantes , de todo lo cual carecen los pobres in– dios. Todo lo cual expone esta vuestra Comunidad solamente para ver si se hallará remedio para que no se pierdan estas misiones, capital y provin– cia, y conservar la santa católica religión en ella. Finalmente, señor: por cuanto vuestra Seráfica Religión capuchina no tiene otra propiedad en este mundo que la del religioso honor , y esta vuestra Comunidad se reconoce justificadamente exenta y libre en esta provincia de Guayana, según el testimonio de la citada acta del Ilustre Ayuntamiento y auto de vuestro Gobernador, del deshonor de las palabras estampadas en el citado decreto de las Cortes generales y ex– traordinarias de Cádiz, respecto a los males que en lo moral y en lo político hayan afligido a esta provincia de Guayana , y por cuanto el dicho decreto ha corrido por varias partes de vuestros reales dominios, y el deshonor de las dichas palabras puede resfriar o retraer a los reli– giosos de la península de venir a reducir las almas de estos pobres na– turales, llamados, por divina gracia, a nuestra santa madre Iglesia y concertarlas en ella bajo el real amparo de Vuestra Majestad, por lo tanto, esta vuestra religiosa Comunidad capuchina, sin meterse a acción alguna contra nadie, humildemente suplica a Vuestra Majestad se digne abonar su conducta de vida religiosa y misionaría respecto a los indicados males, que en lo moral y político hayan afligido a esta provincia, con el modo que sea del real agrado de Vuestra Majestad. Dios nuestro Señor guarde la católica real persona de Vuestra Ma- jestad los años [que] necesita la monarquía y cristiandad. Caroní, mayo, 9, de 1816. Fray Fulgencio de Barcelona, Prefecto (firma y rúbrica) . Fray Francisco de Orgañá, Conyúdice (firma y rúbrica). Fray Serafín de Arens, Conyúdice (firma y rúbrica).

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