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MI SION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 273 Orinoco más arriba de la capital, amenazando cogerla, pero se dice que los enemigos van de huida retirándose y buscando paso para volverse al otro lado, y se confía en el Señor que quedarán escarmentados para no volver más a la cogida de la capital. Rmo. Padre: es verdad que esta Comunidad de misioneros capu– chinos catalanes no salieron a vencer con espada a los enemigos, pero los han vencido suministrando víveres de carnes frescas y saladas, de casa– bes o pan de esta tierra, arroz y frijoles, suministrando caballos para las tropas de tierra, con siete mil y doscientos pesos en plata efectiva para sostener las tropas; de forma que aun los mayores enemigos de estas misiones no pueden dejar de confesar que, a no haber ellas suministrado todos los víveres y demás, no era posible poderse conservar esta pro– vincia a favor de la causa justa y que de necesidad se había de entregar a los enemigos. Esto lo publican ellos mismos, aunque sea a su pesar. No puedo dejar al silencio la consternación en que nos hallábamos todos mientras se hallaba fondeada aquella armada más abajo de los castillos; pero a vista de ellos y cuando se supo que ya habían pasado a este lado los enemigos y que estaban bien cerca ya de la capital, ro– bando todo lo que hallaban, amenazando que harían esto o estotro, no es creíble casi el trastorno [que] hubo en esta provincia. Tres RR. PP. aragoneses con un andaluz, que se hallaban en los castillos, se hu– yeron precipitadamente viniéndose a esta misión de Caroní, refiriendo y contando tantas cosas de terror y espanto, que causaba la mayor aflic– ción. Por otra parte dos RR. Padres andaluces que se hallaban en la ca– pital, se vinieron a toda prisa también a la misión de Guri para inter – narse todos muy adentro, intentando pasar a Esquivo, teniendo ánimo para asegurar que la provincia estaba perdida, y que no era posible que estas misiones pudiesen por mucho tiempo suministrar todos los víve– res que se necesitaban para las tropas, con otras muchas cosas que voci– feraron, hasta la de escribirme los dos RR. Padr es andaluces desde la misión de Guri, que yo era engañoso, etc.; de forma que [de] haber creído nosotros a todos aquellos RR. Padres Capuchinos, sin duda al– guna que esta provincia de Guayana y misiones todo se perdía, porque, a creerlos, debíamos todos desamparar las misiones, y, una vez desampa– radas, no había quien diligenciase víveres y todo lo que el Sr. Goberna– dor pedía; a más que los indios todos se hubieran huído por los montes. Por fin, quiso Dios nuestro Señor que nadie se moviese de su pueblo, ni tampoco el P. José de Valls, recién llegado a Caroní, que, aunque todo amedrentado al oír las producciones de aquellos RR . Pa-

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