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268 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA contraponía el de los Padres sensibles de perder sus tareas y en soste– ner los equivocados derechos de comunid ad con defectos visibles de que– rer sumergir en neófitos, ignorancia del dogma y cultura, a los que de– bían saber tanto como nosotros. De aquí los sacrificios, según opinión vulgar, para sostenerse en la venalidad de nuestra corte y la prepoten– cia en que han prevalecido; prepotencia con la que no han podido los señores Centurión, Marmión e Inciarte, con notable detrimento del Es– tado, y creo, de la propia conciencia de los Padres, por conservar a los naturales en su rusticidad, esto es, sin conversión ni más ley que el tra– bajo temporal , de modo que cae bien la reprensión del Señor a los sa– duceos y escribas sobre que amaban más al oro del templo que a quien estaba dedicado, y los Padres catalanes a la cría de novillos, algodones, cuerambres, etc., etc., que a enseñar a leer, escribir y contar sobre sus propiedades. Para atajar, pues, estos fatales males, convendría: Primero: que, declarándose los 27 pueblos del leste de Caroní en una Comandancia conservadora dependiente de la capital en las apela– ciones contenciosas y militares, convendría viniese un sujeto de alta prudencia y política, pero de suma integridad, que, apoyado en la real cédula de 5 de enero, condujese grandes facultades para su puntual eje– cución y arreglo de mejores establecimientos de la provincia de Guaya– na, como los más saludables y bien situados. Segundo: que condujese gracias en nombre de Su Majestad a los RR. Capuchinos catalanes por sus tareas y de que los ancianos queda– sen en sus respectivos pueblos en calidad de curas doctrineros, dándo– les su retiro con su limosna, y para donde gustasen los que no quieran continuar bajo el Ordinario eclesiástico en lo espiritual y del gobierno en lo temporal. Tercero: que inmediatamente, reservándose las doce mil cabezas de cría para las nuevas fundaciones y reducciones del modo que se dirá, los demás ganados y temporalidades se compartan en las familias de naturales por partes iguales, dando a cada una las dehesas y tierras de labor correspondientes al número que tocare y velando amancomunada– mente el Comandante conservador de todo y los demás sus subalternos, capitanes, pobladores y curas territoriales por su conservación y fomen– to, y de que los naturales no sean defraudado s. Cuarto: que en cada villa se formase un común de quinientas re– ses de cría por principal, para que, según su producto y progreso, fue– sen estableciéndose con conocimiento del Juez y Cura párroco y alcal-

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