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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 265 formalidades del sagrado Concilio de Trento y legislación del real pa– tronato, y de que trata la repetida cédula real de ocho de julio, de que también acompaño copia autorizada, erigiéndose entonces dichos pue– blos en parroquias secularizadas, con asignación de su competente renta y oblata en la real tesorería de esta provincia y señaladamente de linde– ros divisorios, con todas las demás ritualidades que previenen las leyes que tratan de la materia. Y, finalmente, que los religiosos capuchinos y demás regulares que se desocupen de este cargo, se ejerciten en exten– der la religión católica por otros parajes desconocidos conforme a su ins– tituto y según se explica la repetida real cédula de ocho de julio. (De las instrucciones dadas a este respecto por el propio Obispo electo D. José Ventura Cabello, Santo Tomás de Guayana, 18 de febrero de 1812). Nota o copia de las instrucciones que tengo del Gobernador y Co– mandante general interino, como cabo subalterno en lo político y mili– tar, Coronel D. José de Chastre , en lo respectivo a los pueblos de mi– siones de la provincia de Guayana. El oficial en comisión hará presente lo conveniente que es a ambas majestades, a la vivificación de nuestra anonadada agricultura, comercio y fuerza naval, que todas las misiones de los PP. Capuchinos y Obser– vantes, que excedan de veinte años de erección, sean inmediatamente de– clarados por villas de españoles, dependientes de los jueces en lo tem– poral y del Ordinario eclesiástico en lo espiritual; que sea libre, con– forme al espíritu de estas leyes, que todos los españoles honrados de ambos hemisferios, declarados como hijos de una misma familia, pue– dan no tan sólo establecerse en las misiones que pasan del término de la ley sino que las nuevas fundaciones sean mixtas, como lo han hecho con tanta utilidad del Evangelio y del Estado los muy dignos Capuchi– nos andaluces, a quienes jamás podrá oscurecerse la gloria de su exten– sión y conquistas espirituales y su singular adhesión al nombre espa– ñol, a la agricultura, etc., confiriéndoseles solar y terrenos que no es– tén labrados por los naturales, según los repartimientos que se les asig– nen para labor y sus ganados, haciendo presente el oficial que, al paso que no se puede negar el mérito de los PP. Capuchinos catalanes, cua– les se notan visiblemente con respecto al abandono de los Observantes, su recomendable vida moral, genio para fundar y otras cualidades la– boriosas, se harían más dignos de la gratitud nacional si, inflamados de las ideas francas y liberales, hubiesen procurado por el interés de la na– ción, de la provincia y sus infelices habitantes. Mas, posponiendo por el personal, han influido todos, por su equivocado sistema de misión,

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