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262 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA entre los 28 pueblos de indios, son muy inferiores en fábricas de pue– blos , iglesias, artes e industrias, como está a la vista y es notorio. En esta ocasión damos noticia a Vuestra Alteza que esta misión de Capuchinos catalanes tiene a su cargo 19.000 almas, las 18.000 in– dios y los mil españoles, entre blancos, mestizos y de color . La reduc– ción y conservación de estos indios se ha podido hacer con nuestra in– dustria, viviendo de común, economía y continuo trabajo de expedicio– nes y entradas, y podemos decir reducido otros tantos, que, por no dar– nos la mano, se han vuelto a las selvas; y, a más de los 28 pueblos que existen, hemos fundado 15 que se han perdido por levantamientos y otras causas, y cualquiera novedad que se haga en el gobierno de ellos, tenemos por cierto que algunas de las naciones como guaicas, guaraú– nos, arinagotos y aun caribes y guayanos, muchos desampararán los pueblos y la tierra, unos a los montes y otros desparramados por otras provincias. Y si los españoles de la provincia de Guayana o la Junta erigida informan que, para el fomento de ella, no han tenido medios para otro tanto fomento y que lo han impedido no tener las tierras de estos in– dios ni las conveniencias de los Padres, decimos: Que han tenido y tie– nen otras tantas y muchas más tierras, tanto de labor como de saba– nas para criar ganado de toda especie y, si no hay fomento en uno ni en otro, es porque no hay aplicación en lo de labor y en lo de ganado, por lo mucho que han extraído, tanto de salado como de vivo o en pie para las colonias extranjeras, lo que no hemos practicado en estas misiones, pues ni una vez se ha extraído , todo se ha invertido e invierte en bene– ficio de reducción, conservación, aumento y bienestar de los indios, fundación de pueblos, erección de iglesias, provisión de ornamentos pa– ra ellas, para abasto de objetos de tropas y real servicio, para suplir los sínodos que la mayor parte de los años no nos satifacen, y para los fines a que se fundó este hato de comunidad. Por último, tenemos noticia que informa dicha Junta gubernativa que las misiones [se] sirvan y provean con concurso y presentación. Es– te punto está controvertido desde que vino el primer obispo D. Fran– cisco !barra por los años de 1790, y lo mismo por el Ilmo . Sr. S. José Antonio Mohedano, y haciendo presente que estos pueblos hasta ahora se han gobernado como de nueva reducción, y que por el presente no convenía hacer novedad por lo que se ha dicho de peligro de fuga de los indios, por cuyos motivos, a la representación del Ilmo. Mohedano, por cédula de 1804, se encargó no se debían entregar las misiones ni