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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 27 cas el principal acopio de ganado mayor de aquella provincia. Produ– ce excelentes mulas que continuamente se están sacando para las otras provincias; tiene abundancia de maderas de superior calidad para cons– trucción y otros usos, de que sus habitadores bajan a Guayana crecidas balsas para tablazón y viguería , y vienen sobre ellas navegando con mu– cha comodidad en sus chozas o barracas que les sirven de vivienda y de resguardo para otros frutos que suelen conducir y, sin embargo de que venden con bastante equidad, les queda una regular ganancia para los pocos costos que sufren de conducción. Desde Guayana a la boca de Apure hay otros muchos ríos de me– nos consideración, pero que abundan algunos de ellos de bosques y tie– rras de labor, que son, a la parte de Cumaná y Caracas, los nombrados Cari, Pao, Manapire y Guárico, y por la de Guayana, Aruy, Caura, Cu– chivero, con otros muchos riachuelos a una y otra costa, que por todos ellos se facilita la conducción de frutos con mucho alivio de los habitan– tes que están fundados en sus márgenes. Entre todos el de Caura me– rece preferencia por la abundancia que tiene de montes y de superiores tierras de labor, en donde se cultivan por los indios aquellos frutos de primera necesidad, y se han empezado algunas cortas plantaciones de algodón por los morenos fugitivos de Esquivo, de que se van remitien– do por el gobierno varias familias bajo la dirección del sargento coman– dante de aquella escolta; en donde, aplicándose al cultivo de este ra– mo, podrían ser de alguna utilidad, y al contrario en la capital y sus contornos, aumentado ya considerablemente su número, empezaban a ser perjudiciales y a dar cuidado. Población. La población actual de esta provincia consiste en once vecindarios cortos de españoles repartidos en cuatro ciudades y siete villas, que unos y otros, a excepción de la capital, lo son solamente en el nombre, y sesenta y dos misiones de indios que doctrinan los PP . Ob– servantes en el alto y bajo Orinoco, desde Río Negro hasta Guayana, y los PP. Capuchinos catalanes, de aquí para abajo, que todas compo– nen el número de 24 .395 vecinos, entre españoles y gente de color y naturales de ambos sexos y de todas edades, como representa el estado número l '? que acompaña. Las misiones que doctrinan los PP. Capuchinos catalanes, consis– tentes en trece mil indios de distintas naciones, situadas en la parte más importante de mayor cuidado y fértil de este continente, sin em– bargo de su antigüedad, todavía se hallan en la clase de nuevas reduc– ciones y con esperanzas muy remotas de que lleguen al estado de civi-
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