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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 239 esta región del Caroní en la provincia de Guayana, viendo inutilizadas y sin la menor contestación las representaciones hechas por nosotros a vuestro Gobernador de esta provincia, D. José Felipe de Inciarte, a ins– tancia y solicitud de los indios de la villa de Barceloneta, de nación arina– gota y guaica, sobre la pretensión y necesidad que tienen de trasladar– se a otro sitio elegido por ellos mismos, para evadir las notables y do– lorosas vejaciones que sufren de los españoles de aquella villa y para lograr la necesaria instrucción, de que con dolor se miran privados, en cumplimiento de nuestro deber y oficio y en descargo de nuestra con– ciencia, delante de Vuestra Alteza y de nuestro Católico Monarca, que Dios guarde, con el mayor respeto nos postramos a los pies de Vuestra Alteza y a instancia de los mismos indios suplicamos que se atienda a la muy justa y necesaria traslación que solicitan, pues que cesaron ya las causas por las cuales se colocaron en aquella villa, y son en el día muchos los inconvenientes que les resultan de su permanencia en ella, tanto en lo espiritual como en lo temporal. Se fundó aquella villa por los años de 177O para escala y subsidio del camino y ciudad Guirior, en cuya época solamente se pudieron es– tablecer allí algunos pocos negros libres y un español blanco, que hi– ciese de comandante de aquellos negros, y para auxilio de éstos, a fin de ayudarles en los encuentros con los indios bárbaros, se acordó lle– var algunas familias de indios reducidos de las misiones vecinas, que eran todavía nuevos en aquel centro. Para que se establecieran en la misma Barceloneta se les fabricaron casas en forma de pueblo, se les destinaron oficiales de ellos mismos para gobernarse, como en las de– más misiones de reducción, quedando al cuidado, dirección, enseñanza y gobierno económico del religioso misionero que destinaron los supe– riores, el cual cuidaba al mismo tiempo del pasto espiritual de los es– pañoles, admitiéndolos a la misma y única iglesia que a este fin y a ex– pensas propias mandó edificar esta Comunidad. Se miró también como necesario el poner esta porción de indios entre aquellos pocos españo– les, para que el Padre que debía cuidar de ellos, tuviera las necesarias asistencias de casabe, agua, leña y demás servicios del religioso, por ser cortísima la congrua que aquellos le podía proporcionar, la que en el año 1790 todavía no ascendió a 25 pesos al año, por cuyo motivo fun– dó también esta venerable Comunidad un hato de ganado, pasando allí una porción de reses del hato común para el abastecimiento de los indios y de la tropa que pasaba y permanecía en Guirior. Pasaron muchos años los indios en la dicha villa de Barceloneta

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