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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 135 nunca las cajas reales nos han dado para esto real alguno; de suerte que, destruido el hato o entregado a manos menos desinteresadas, tenemos por muy cierto que se disminuiría la mayor parte de las misiones por no po– derse mantener, y se acabarían las reducciones de los indios tan recomen– dadas de nuestros católicos monarcas por falta de medios para sacarlos y mantenerlos como nos lo tiene enseñado la experiencia, no sólo con lo que nos pasó en tiempo de los corregidores, sino es también con lo que actualmente pasa con las misiones del alto Orinoco, en quienes ape– nas hay ahora indios , cuando antes había tantísimos y eran las misiones tan florecientes. Y esto porque entregaron el ganado de ellas a los es– pañoles, éstos procuraron enriquecerse vendiendo y, no teniendo los in– dios que comer, desampararon sus pueblos. Y después, cuando nuestro soberano, informado de lo que pasaba, mandó con cédula fecha en San Ildefonso, 6 de septiembre de 1783 , entregar el ganado a los PP. Ob– servantes, no hubo de que echar mano, ni que poder entregar, y por es– ta causa se ven ahora dichas misiones tan descaecidas, que ni los RR. PP. misioneros se pueden mantener en ellas, como sucedió cosa de me– dio año, que un Padre de las referidas misiones se fue a casa de este nues– tro Sr. Gobernador para que le diese que comer, por motivo de que no tenía en la misión, y, viendo que no le daba ni el sínodo por haber man– dado el Sr. Intendente no abonarlo entero y no tener dichas misiones 400 almas, se fue de esta provincia, desamparando la misión . Lo mismo nos sucedería a nosotros si nos quitasen el manejo del hato. Sirve también el hato para los servicios reales, como podría demos– trarlo con varios instrument os de todos tiempos, que paran en este ar– chivo, pues siempre se ha mantenido y mantiene de él la tropa de los castillos de Guayana, pero singularmente y con mayor esmero en tiem– po de guerra, por colocar allí la provincia todas las fuerzas, como se veri– fica en la actualidad y se verá en la copia y su respuesta que mando con la letra E. Lo que se saca del producto del hato se emplea así. Lo del sebo y cueros, en comprar toda la sal que se gasta en las misiones, que no es po– ca, por salarse tanta carne; mas una parte del producto de cueros y sebo se da a los vaqueros de las propias misiones porque los cuiden en ellas y bajan al embarcadero o puerto de San Joaquín; item por el sueldo y manutención del mayordomo español e indios que los cuidan en dicho puerto, y asimismo por los gastos de composiciones de almacenes. Y, si sobra algo, con lo demás que se saca de la carne que se beneficia en la villa de Upata, castillos de Guayana y destacamentos de Cuyuní y Gui-

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