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M ISION DE LOS CAPUCHI NOS EN GUAYANA 99 164 I nforme del P. Prefecto Beni to de La Garriga al rey, manifestándole la situación de la misión en relación sobre todo con los holandeses de Esqui– vo (Altagracia, 6 julio 1769). - Original (AGI, Caracas, 258). Señor: Fray Benito de La Garriga, Prefecto de las misiones de Capuchinos catalanes de la prov incia de Guayana, hago presente a Vuestra Majes– tad, puesto a sus reales pies con el mayor rendimiento, que, habiéndose huido de nuestros pueblo s de Piacoa, Uyacoa y Tipurua indios guaraú– nos, envié dos religiosos misioneros a recogerlos, y fueron con una es– colta de soldados en una lancha y con otros auxilios que me dio, como acostumbra, vuestro Comandante general D. Manuel Centurión, y por Orinoco entraron en Barima a la sabana, que media entre Guaini y Mo– ruca, que , según entiendo, es territorio de la jurisdicción de esta pro– vincia, en que recogieron 140 indios, entre cimarrones de dichos pue– blos y otros gentiles, y encontraron en poder del holandés que habita en el puesto de Moruca tres indias con sus hijos, que había esclavizado y extraído de las bocas del Orinoco, según ellas se explican, y del río Mazaruni, y los religiosos se las llevaron sin violencia como a los demás nombrados y sin hacer daño a los holandeses, y ahora el gobernador de Esquivo de esto toma motivo para quejarse con vuestro Comandante general, con términos de infracción de tratados, insultos y atentados, sentido de que el año próximo pasado el mismo Comandante general le hubiese despoblado la gente que subrepticiamente tenía en Barima, y le ha respondido, entre otras cosas, que los religiosos no fueron por su orden sino por la de su Prefecto, como es verdad, aunque no hicieron bien los religiosos que equivocadamente dieron al holandés de la posta un papelito en que decían que iban por orden del mencionado Coman– dante, siendo así que iban por orden mía. Est oy en que no habría cumplido con mi obligación y oficio si no hubiese enviado dichos religiosos a esa diligencia, y la que han practi– cado trayendo los indios a la misión, la tengo por muy lícita, a mi pa– recer, y que se queja sin razón dicho gobernador por las razones que aquí expongo: que en 22 afios há con el oficio de misionero que ocupo en estas misiones, tengo visto y premeditado, y en todos tres capítulos de la prefectura que tengo, siempre los holandeses me han obligado a estar

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