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MISION DÉ LOS CAPUCHINOS ÉN GUAYANA 97 manifestó el gobernador de Caracas D. José Solano, con referencia al estado que había formado el comandante de la provincia de la Guaya– na D . Manuel Centurión, de los cuatro pueblos de Piacoa, Uyacoa, Tipu– rua y Unata, su situación personal, trato y frutos que, contra lo resuel– to en la real instrucción de 7 de junio de 1762, dada el Comandante de la Guayana para la traslación de aquella ciudad de donde se hallaba al sitio de la Angostura, y expreso mandato en ella para que desde allí aba– jo no se permitiesen en las márgenes del Orinoco nuevas sementeras de víveres y el que se retirase, como se hizo, el pueblo de indios de Suay, sin embargo de distar más de dos leguas de la orilla de aquel río, solici– tasteis seguir(?) en los expresados cuatro pueblos que habíais fundado a la orilla meridional del nominado Orinoco, sin que para haceros rece– der de vuestro intento y continuar en el fomento de ellos hubiesen sido suficientes las amonestaciones y persuasiones que os hizo el Comandante D. Joaquín Moreno, para que los desalojasen de allí y los trasladasen tie– rra adentro, a fin de cumplir con mi real mente, ni lo pudo conseguir el nominado D. Manuel Centurión, no obstante los medios de que se valió y exhortos que os pasó al propio intento, habiendo suspendido conti– nuarlos hasta que, con vista de su representación y la que verificaban en la propia ocasión, me dignase de resolver lo que fuese de mi real agrado: que las razones que versan por su parte para estimar que es pre– cisa la transmigración de los referidos cuatro pueblos, son que éstos no sólo se hallan desabrigados de las fortalezas de la Guayana, sino bien dis– tantes de ellas río abajo, de suerte que, siendo la boca grande o de na– víos por donde los enemigos pueden dirigir cualquiera invasión que in– tenten, se encuentran precisamente, antes de llegar a alguna acción, con estos pueblos que les facilitarán auxilios contra mis vasallos particular– mente de víveres . . . para internarse en la provincia y encaminarlos prácticamente donde les convenga, cuando por el contrario los consegui– rán con mucho trabajo, dilación y riesgo si esto les faltase: que el deseo que indicáis de darme nuevas conquistas y contener las de las colonias vecinas, lo verificaréis dedicándoos a reducir y poblar las naciones en lo interior de esa provincia, donde vais haciendo vuestros progresos, por un lado de la colonia de los franceses de la Cayena y del otro, la de los holandeses de Esquivo, sin que os lamente el dejar a las naciones aruacas y guaraúnos de Orinoco, pues estos lograrían del bien que actualmente no tienen(?), si me dignase de encargarlos a la misión de los Capuchi– nos aragoneses de la provincia de Cumaná, que no tienen en el día en qué adelantar sus conquistas, estableciéndolos en la costa meridional

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