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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 73 nos lo evidencia aquel espíritu con que este nuestro monarca siempre dictó sus leyes en esta materia, como y también precisan mi obligación de representar a la misma majestad del rey nuestro señor las reales ór– denes con que quiso favorecer a los misioneros capuchinos catalanes, confiándoles la reducción de los gentiles del Orinoco y provincia de Guayana , desde la Angostura, tirada la línea norte a sur hasta las Ama– zonas, y luego hasta la mar en las bocas del mismo río Orinoco, como así consta en sus reales cédulas, fechas en Madrid 7 de febrero de 1686, en Aranjuez, a 29 de abril de 1687 y principalmente en la del 16 de sep– tiembre de 1736, su fecha en San Ildefonso. Que todas estas conveniencias a la religión, al estado y al bien de las almas en la continuación de pacificar las naciones aruaca y guaraúna no pudieron ocurrirle a un informante el más reflexiso, discreto y amante del bien común antes de expedirse en la real disposición, pues entabla– ría sin duda los planes de su proyecto en la cierta suposición que ya ex– puse en la razón primera, y en la que estábamos aun los mismos misio– neros, hasta el año de 1760, de considerarse imposible la reducción a que posteriormente dimos principio y que lo son de dichas convenien– cias. En atención a todo lo dicho, suplico a Vuestra Señoría que me dé lugar de proponer a Su Majestad estas mis humildes representaciones antes de hacerse novedad en las cuatro misiones de Piacoa, Uyacoa, Ti– purua y Unata, para que, en su vista, Su Majestad resuelva lo que sea de su real agrado, y la respuesta de la determinación de V.S., en el ínte– rin confiando igualmente del conocido celo de V.S. al mayor servicio de Dios y del rey nuestro señor, que corroborará por su parte estas mis– mas razones ante Su Majestad con su poderoso informe, y que se fun– dará en la evidencia de la verdad, que, a mi pobre entender , ellas se me– recen ante el juicioso talento de V.S. y de que puede ya en el día ha– cerse prueba y experiencia. Dios guarde la persona de Vuestra Señoría muchos años. - Altagra– cia y febrero, 8, del año de 1768. Besa la mano de V.S. su más afecto servidor, Fray Benito de La Garriga, Prefecto.