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MISION DE LOS CAPUCHI NOS EN GUAYANA 71 sión, que podía ejercitar en el mismo distrito de tiempo, porque ellas son mansas y no son crías de ganados, sino puntas que se traen de los criaderos para el consumo diario, que las misiones particulares pueden hacer cada ocho o diez meses. Que dichas naciones de guaraúnos y aruacas no son indios amigos de plantar sementeras, especialmente los guaraúnos, y así era poquísima la provisión de víveres que podían suministrar al enemigo, aun en d caso de ser estos pueblos sorpr endidos, y podfan ayudar mucho a los nuestros, suponiendo lo impracticable de serlo, porque es regularísimo que la tropa enemiga había de constar de mucho más número contra una plaza respetable, que la guarnición de ésta, y parece lo más verosímil que aquellos jamás vendrían atenidos a la miseria de cuatro raíces de yuca, chacos, mapoyes, platanitos, que a lo más y en cortas cantidades pueden dar esas misiones ; todavía hoy no lo tienen para su diario abasto, sino que harían sus almacenes de carnes del norte y de sus muchas harinas en todas las partes que ellos quisieren, desde las bocas del Orinoco para arriba, sin que nadie se lo pudiese estorbar . Que quitada s esas misiones y prohibido de rehacerse otras en las orillas de Orinoco desde la Angostura para abajo, quedan libres los ho– landeses para adelantar sus poblaciones haciendo nuevas colonias en es– tas tierras de Su Majestad , tan apetecidas por ellos, continuando las habi– taciones que ya tienen en los ríos y caños de Barima, Bear, Guaina, Mo– ruca (cerca de la boca grande del Orinoco a su parte meriodional ) , y el comercio de indios esclavos, que tienen en los caños de Aquire y Aima– taca que desembocan dentro del Orinoco mismo, siendo todo esto muy nocivo por otra parte al comercio español y fomento de la nueva Gua– yana, que debe hacerse principalmente por el citado río, a que contribu– ye notabilísimamente lo poblado o despoblado de sus riberas y márgenes con pueblos de la corona. Que al estar despobladas dichas márgenes de Orinoco de colonias es– pañolas, queda franqueada puerta al comercio ilícito para que suba libre– mente y cubierto hasta muy arriba, pasando luego las fortalezas, o bien de noche o bien por tierra , hasta pasar la fortaleza a hombros de los mismos indios guaraúnos y aruacas, que es el oficio que éstos tenían siempre antes de poblarse y continuarán con más ardor, abandonados de los españoles, y fomentando así su correspondencia antigua con los ex– tranjeros, suministrándoles barcos pequeños y bogas para de noche en el agua y peones cargadores para de noche y día. Si está poblado de in– dios españoles el Orinoco , sirven de escala sus poblaciones a los barcos

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